La eutanasia activa, que ya es legal en los Países Bajos desde 2002, dará un paso adelante a partir de mañana porque en el futuro, incluso los niños menores de doce años que padecen enfermedades graves, podrán ser legalmente asesinados bajo ciertas condiciones. La ordenanza, que tiene como objetivo definir de manera más clara el código penal para los médicos en situaciones de emergencia, ha sido publicada en el Boletín Oficial. Lo informa la agencia católica KNA. Según el Ministerio del Interior, la regulación afectaría a un "pequeño grupo" de casos (de cinco a diez niños al año) para los cuales las "posibilidades de la medicina paliativa no son suficientes para aliviar su sufrimiento". De hecho, Holanda está siguiendo los pasos de Bélgica, que en 2014 se convirtió en el primer país del mundo en aprobar una ley que permite la eutanasia para niños.
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La nueva regulación aún no contiene ningún requisito de asistencia para poner fin a la vida de los niños. Ahora corresponde a los médicos desarrollar estándares, aunque se da por sentado que "se debe buscar la opinión del niño en la medida de lo posible de manera apropiada a su comprensión y edad". Se mantendría firme que no se procede si un niño expresa que "prefiere su situación actual a la cesación de la vida".
Los jóvenes mayores de doce años en los Países Bajos ya pueden solicitar la eutanasia. Hasta la edad de 16 años, se requiere el consentimiento de los padres. Desde 2005, incluso los bebés malformados pueden ser asesinados sin penalidad si se cumplen ciertas condiciones médicas. La Iglesia holandesa y belga ha intervenido en varias ocasiones en los últimos años, pero mientras tanto, el debate ha continuado avanzando y se ha concretado en el parlamento.
Las cifras de los Países Bajos son reflexivas y están en aumento: en 2022, un total de 8.720 personas murieron debido a la asistencia activa de los médicos. Esto corresponde a un aumento del 13,7 por ciento en comparación con 2021. En total, aproximadamente el 5,1 por ciento de todas las 169.938 muertes en 2022 se debieron al suicidio asistido (2021: 4,6 por ciento).
Los diagnósticos también han aumentado: según la ley, por ejemplo, la eutanasia activa solo está permitida para enfermedades graves, incurables e insoportables. Sin embargo, los médicos ahora también aceptan el "cansancio de la vida", la depresión severa o la vejez como motivo. Según un fallo de la Corte Suprema en 2020, la eutanasia de pacientes con demencia severa está permitida incluso si previamente habían formulado una clara voluntad de vida pero se oponen a la inyección letal en el momento de la eutanasia planificada.
Las estadísticas internas muestran que la condición más común para el deseo de morir - en 2022 - era el cáncer (57,8 por ciento). Sin embargo, hubo aumentos particularmente fuertes en dos grupos diferentes: la demencia, con un aumento del 34 por ciento en comparación con 2021 y solicitudes relacionadas con la edad avanzada (23,5 por ciento).
El cardenal holandés Willem Eijk ha intervenido cíclicamente en el debate público para hacer oír la voz de la Iglesia en defensa de la vida humana de los más frágiles. "¿Por qué ampliar aún más el círculo?", se preguntaba el año pasado el cardenal Eijk, "cuando el mismo ministro ha admitido que se trata de una minoría" (se habla de 5-10 casos al año). Para ellos, agrega Eijk, "debemos concentrarnos en buscar cuidados paliativos más eficientes". Sin embargo, el ministerio insistía en proteger a aquellos médicos para quienes la única solución es poner fin a la vida de los niños sin ser castigados.
La última vez que el Papa Francisco se pronunció enérgicamente contra la eutanasia fue hace unas semanas, cuando reiteró que no existe un derecho a la muerte, sino a la vida.
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