El famosísimo Gronchi Rosa, el sello italiano más codiciado por los coleccionistas de todo el mundo, ya no se considera entre los primeros en el mercado filatélico: su valor ha sido superado por un sello vaticano del pontificado de Papa Francisco emitido el año pasado coincidiendo con la Jornada Mundial de la Juventud en Portugal, pero que fue retirado inmediatamente después de numerosas protestas por la imagen elegida, considerada ofensiva para los indios conquistados por los navegantes portugueses en el siglo de los grandes descubrimientos.
La noticia del adelantamiento había estado circulando por algún tiempo entre los coleccionistas y fue confirmada al Messaggero por Filippo Bolaffi, al frente de la empresa filatélica fundada por su bisabuelo en el siglo pasado. «Si un Gronchi vale poco menos de mil euros, el sello vaticano en cuestión está estimado entre 1400 y 1500 euros. En práctica, vale mucho más», explicó Bolaffi
El Gronchi Rosa emitido en 1961 para conmemorar el viaje del presidente de la República Giovanni Gronchi a Sudamérica fue retirado porque estaba equivocado ya que mostraba a Perú con las fronteras anteriores a la guerra con Ecuador de 1941-42. Algo parecido ocurrió con el sello vaticano que fue revocado por las autoridades de la Santa Sede porque la emisión ponía en apuros al Papa representado en el papel de un nuevo colonizador mirando el horizonte e indicando el camino de las conquistas a un grupo de jóvenes, justo como en el controvertido monumento de Lisboa dedicado a Enrique el Navegante, fundador del imperio colonial portugués.
El Vaticano da marcha atrás y retira el sello papal (destinado a convertirse como el Gronchi Rosa)
Bolaffi estima que de estos sellos hay en circulación alrededor de 1300, un número fundamental para calcular en el futuro el valor que seguirá aumentando. «Naturalmente, estas previsiones se hacen con muchísima precaución porque es posible que salgan al mercado otros ejemplares actualmente no contabilizados. Naturalmente, cuanto menor sea su número, mayor será la futura apreciación. De este sello no sabemos la distribución realizada antes de la retirada porque el Vaticano nunca lo ha dado a conocer, por eso la estimación es prudente y se mantiene en 1300».
El adelantamiento del sello de Papa Francisco llamado “Error de juventud” sobre el Gronchi Rosa ha vuelto a poner en discusión el coleccionismo ligado a los sellos. «Hay sellos que tienen más de cien años y tienen valoraciones ya estables, sobre las novedades hay que tener cuidado. El sello quizás más raro de todos fue emitido por el Gran Ducado de Toscana en vísperas de la unificación de Italia, vale varias cientos de miles de euros». Si los sellos en la era del correo electrónico se han convertido casi en un objeto prehistórico, ya que nadie escribe más cartas, confiándolas a la oficina de correos, siguen siendo sin embargo un sector estable para los grandes coleccionistas. «Las cosas raras siempre tienen valor. La filatelia ha perdido el carácter de hobby que tenía en las décadas pasadas; definitivamente ahora es menos popular y se ha convertido en una verdadera actividad de coleccionismo». ¿Los sellos como bien refugio? «Depende de lo que entendamos por bien refugio: ciertamente los sellos no se pueden transformar rápidamente en liquidez de un día para otro, como por ejemplo el oro o los diamantes, sin embargo, se pueden vender bien con lapsos de tiempo más amplios. Eso ciertamente sí».
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