La persecución y opresión de las mujeres uigures en China

La persecución y opresión de las mujeres uigures en China
by Franca Giansoldati
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viernes 2 febrero 2024, 09:39 - Última actualización: 09:54

En China, cientos de miles de mujeres uigures, la minoría musulmana, habrían sido perseguidas y arrestadas en los últimos diez años. Una actitud opresiva y vejatoria denunciada repetidamente por organizaciones humanitarias con llamamientos a la comunidad internacional y diversos medios de comunicación, a menudo fotografiando desde lejos los llamados campos de recuperación. Muchas ONGs gritan genocidio. Sin embargo, las noticias siempre han sido desmentidas por las autoridades chinas y las pruebas han salido con gran dificultad y de manera fragmentada. Esta vez, sin embargo, es una vez más una investigación exhaustiva de la prensa internacional (en particular de The Guardian) que ha publicado una serie de elementos concretos que demostrarían la situación opresiva para la población femenina de esta minoría religiosa.

Varias cientos de miles de mujeres, desde las más jóvenes hasta las más ancianas, desde 2014 en adelante han sido arrestadas e encarceladas en la región de Xinjiang. Esta vez, los archivos de la policía china serían los que lo probarían. Tratamientos abusivos para frenar posibles riesgos de separatismo e incluso esterilizaciones en algunos casos. Un arma evidente para el control de la población. Las condenas se han infligido incluso a las octogenarias uigures porque se negaban a abandonar los tradicionales vestidos religiosos, otras por haber estudiado el Corán.

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Los archivos de la policía china aparecieron hace dos años y muestran en su conjunto cuál ha sido el tratamiento reservado a las mujeres uigures. Anteriormente, hubo testimonios de que algunas de ellas habían sido sometidas a esterilización forzada, aborto, violencia sexual y matrimonio por parte del gobierno chino.

Otras acusaciones que han llevado a las mujeres musulmanas chinas a los campos de corrección incluían la participación en 'reuniones religiosas ilegales'. La sentencia más larga registrada fue dada a una joven mujer, Aytila Rozi, de 35 años, condenada a 20 años por aprender a leer el Corán mientras trabajaba. El gobierno de Beijing siempre ha respondido a las acusaciones que las mujeres debían ser liberadas de la opresión religiosa.

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