Tan pronto como vieron a un sacerdote cristiano con su túnica y un crucifijo de plata alrededor de su cuello, caminando tranquilamente con una periodista en la ciudad vieja de Jerusalén, cerca del Muro de los Lamentos, dos jóvenes judíos ortodoxos se acercaron con actitud amenazante. Primero escupieron al suelo y luego, mirándolo a los ojos, insultaron a la religión cristiana: 'F***ing Yeshu'. El abad Nikodemus Schnabel también fue abordado por uno de los dos extremistas judíos que lo amenazó, aunque el sacerdote de nacionalidad alemana comenzó a hablar con ellos con calma, subrayando que no tenían ningún derecho a molestarlo y tocarlo.
Al final, el incidente terminó con un poco de tensión y un video tomado por el teléfono móvil de la periodista alemana, amiga del sacerdote, que lo acompañaba en la visita. El gobierno alemán no ha comentado el incidente, en cambio, el Patriarcado de Tierra Santa ha emitido una dura declaración en árabe e inglés en la que denunciaba con firmeza el hecho. No es la primera vez que sacerdotes cristianos y monjas son insultados, amenazados abiertamente y escupidos por extremistas judíos.
'Es vergonzoso lo que ha ocurrido. Estos crímenes generan un sentido de inseguridad entre los cristianos en toda Tierra Santa y en particular en Jerusalén', se lamentó el Patriarcado en el texto de la nota. Los dos extremistas judíos fueron rápidamente identificados y arrestados por la policía israelí que los alejó del área del Muro de los Lamentos.
En los últimos doce meses, el Patriarcado ha registrado un aumento en la intolerancia hacia los religiosos católicos, ortodoxos, armenios, coptos, protestantes. Algunas iglesias han sido dañadas por actos de vandalismo, a menudo contra símbolos y estatuas. Vírgenes golpeadas con martillos o Cristos dañados y derribados al suelo en mil pedazos. La agresividad de los judíos ortodoxos, explican en el Patriarcado, ha aumentado especialmente con la llegada al gobierno de Nethanyau compuesto por un amplio sector de partidos de extrema derecha muy intolerantes e incapaces de visiones pluralistas de la sociedad, añadiendo así una tensión adicional en un área ya estresada por décadas de precario equilibrio.
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