En la basílica, bajo el gran tapiz que representa a la primera santa argentina, Mama Antula, están el Papa Francisco y, sentado en el primer banco, el presidente Javier Milei. Ha llegado a Roma especialmente para rendir homenaje a esta religiosa muy popular y amada entre los más pobres, ciertamente una valiosa oportunidad para 'reparar' las relaciones con el pontífice que había ofendido repetidamente durante la campaña electoral. «Burro», «imbécil», «comunista demoníaco», «anticristo».
El Papa Francisco en su larga homilía preparada hace referencia a la obra social de Mama Antula recordando que asistía a los indios y a los más miserables en la Argentina del siglo XVIII. Y luego, comentando la página del Evangelio, destaca cómo hoy en día las sociedades marginan a los débiles. Ellos son los nuevos leprosos. El mensaje, ni siquiera demasiado velado, está dirigido a Milei considerando los recortes al bienestar social que está llevando a cabo para arreglar una economía en ruinas.
El Papa dice: «Miedo, prejuicio y falsa religiosidad: estas son tres causas de una gran injusticia, tres 'lepras del alma' que hacen sufrir a un débil, descartándolo como un rechazo. Hermanos, hermanas, no pensemos que son solo cosas del pasado. ¡Cuántas personas sufrientes encontramos en las aceras de nuestras ciudades! Y cuántos miedos, prejuicios e incoherencias, incluso entre aquellos que creen y se profesan cristianos, contribuyen a herirlas aún más. Incluso en nuestro tiempo hay mucha marginación, hay barreras que derribar, 'lepras' que curar. ¿Pero cómo?» Las palabras suenan graves. En la ceremonia esta vez no hay una gran multitud de fieles, muchas sillas en la parte trasera de San Pedro están vacías, en cambio, toda la comunidad argentina en Roma está presente.
La santa, en el mundo María Antonia de Paz y Figueroa, es especialmente querida también por el Papa y todos los jesuitas. «Fue tocada por Jesús gracias a los Ejercicios Espirituales, en un contexto de miseria material y moral, se esforzó personalmente, a pesar de muchas dificultades, para que muchos otros pudieran vivir su misma experiencia. Así involucró a miles de personas y fundó obras que aún viven en nuestros días. Pacífica en su corazón, iba 'armada' con una gran cruz de madera, una imagen de la Dolorosa y un pequeño crucifijo que llevaba alrededor del cuello, al que estaba agarrada una estatuilla del Niño Jesús».
Milei, tan pronto como llega a la basílica, es inmediatamente enfocado por las cámaras. Hacía años que en Italia no se registraba una expectativa mediática tan alta por la visita de un presidente argentino, aunque Milei, llamado el Trump de América Latina o incluso El Loco, por algunas de sus salidas extrañas durante la campaña electoral, es de hecho el nuevo fenómeno político en América Latina, y ahora protagonista de una controvertida reforma económica que está incendiando el país.
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Mañana está prevista la visita oficial al Palacio Apostólico y la conversación. Milei intentará obtener de Su Santidad la promesa de ir a Argentina antes de fin de año. Podría ser el comienzo de una relación interesante y compleja, aún por construir y definir. Francisco en estas semanas de revuelta social, viendo los recortes draconianos y la huelga general que ha paralizado todo, ha expresado gran preocupación por los pobres. Mientras tanto, Milei ha asegurado que los grupos sociales frágiles serán protegidos, aunque es necesario cambiar el destino económico del país marcado por una inflación que ha alcanzado cifras récord. Sin embargo, la ley omnibus está teniendo dificultades para avanzar y ya ha sufrido una derrota en la Cámara, por lo que Milei está considerando una remodelación del gobierno con los hombres del ex presidente Mauricio Macri.
Forma parte del séquito (bastante nutrido) también un rabino, su amigo Axel Wahnish y próximo embajador designado en Israel. La primera etapa del viaje a Europa fue en Jerusalén para mostrar solidaridad después del 7 de octubre con el pueblo israelí. En el Muro de los Lamentos, Milei, evidentemente conmovido, se dejó llevar por la desesperación mientras las cámaras capturaban su rostro rayado y sacudido por sollozos. Poco después, anunció el traslado de la embajada argentina de Tel Aviv a Jerusalén, en plena guerra, tal como hizo Trump en su momento.
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