Habría muerto por un disparo de arma de fuego en la cabeza Thomas Kingston, esposo de Lady Gabriella Windsor, hija del príncipe y la princesa Michael de Kent y prima del príncipe William. Encontrado sin vida el pasado domingo, el hombre se encontraba en la casa de sus padres en el momento de la muerte.
La hipótesis del suicidio
El suicidio estaría entre las hipótesis de la muerte de Thomas Kingston, el hombre de 45 años emparentado con los Windsor por su matrimonio con la segunda hija de los duques de Kent, primos de la fallecida reina Isabel, lady Gabriella Kingston, 56ª en la línea de sucesión al trono. Lo certifican los datos presentados hoy ante un juez de la investigación del forense, con la indicación del hallazgo de "una herida traumática en la cabeza" y de una pistola junto al cuerpo de Kingston. La familia por ahora ha evitado cualquier comentario, mientras que aún no se sabe cuándo y dónde serán los funerales, informa Sky News Uk.
La muerte
Kingston, ex diplomático y luego financiero de éxito en la City que en el pasado también tuvo un coqueteo con Pippa Middleton, hermana de Kate, futura reina y consorte del heredero al trono William, fue encontrado sin vida el 27 de febrero "en una propiedad" rural en Gloucestershire. Por lo tanto, no en su casa, y en circunstancias que aún están envueltas en un halo de misterio. Las autoridades se apresuraron a informar desde el principio que no había elementos sospechosos en la muerte, ni "otras personas involucradas". Pero hasta ahora, nada ha surgido sobre las motivaciones que podrían haber llevado a una figura emergente y distinguida como el consorte de lady Gabriella a quitarse la vida. Su muerte fue seguida por un mensaje de condolencia lleno de dolor de parte del rey Carlos III y la reina Camilla en persona en nombre de toda la dinastía. Mientras que su esposa y la familia se mostraron "consternadas", recordando a "Tom" como "un hombre excepcional". La BBC, por su parte, se apresuró a excluir que la noticia de la repentina desaparición de Kingston tuviera algo que ver con "las razones personales" evocadas ese mismo día por la corte para justificar la inexplicada ausencia de último minuto del príncipe William - buen conocido del difunto - en una solemne ceremonia conmemorativa en el castillo de Windsor en memoria de Constantino de Grecia.
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