San Valentín es la fiesta del amor, sin embargo, también hay quienes se ocupan de los corazones rotos. Cuando una historia se rompe y el corazón explota en mil pedazos, dejando a quien vive esta experiencia negativa sin fuerzas, se abre un vacío incolmable. ¿Quién recordará tanto dolor? «La pérdida es un trauma que debe ser acompañado. Las heridas de amor sanan con el tiempo, pero siempre queda un rastro de arrepentimiento que puede enseñar muchas cosas. Por ejemplo, que las relaciones humanas necesitan cuidados constantes». Habla Olinka Vištica, directora del primer museo mundial dedicado a las relaciones rotas. Se encuentra en Zagreb y fue creado para guardar y compartir las historias de amor más intensas, junto con los objetos que simbolizaban esa relación. En el Museum of Broken Relationships hay de todo. Desde las cosas más banales: muñecos, cuadros, poemas, libros, joyas, zapatos, hasta las más inusuales como un hacha utilizada para desmenuzar la madera de los muebles de la casa. En resumen, todo lo que para una pareja ha representado el símbolo de la unión.
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El museo es una enorme exposición sobre cómo amamos y desperdiciamos los afectos. Cada año atrae a multitudes de turistas, y la colección de piezas expuestas (junto con el recuerdo de lo que representaron) ha sido objeto de exitosas exposiciones en las capitales más grandes. «En cierto sentido, la exposición es casi una terapia que puede ayudar a superar el proceso de pérdida de quien la ha sufrido y, al mismo tiempo, es una enseñanza para cualquiera que lea las historias, a menudo identificándose». Todas las historias contadas son estrictamente anónimas, solo se mencionan las ciudades y la región del mundo donde se produjo la ruptura de un matrimonio o compromiso: Ciudad de México, Roma, París, Dublín, Berlín, Bucarest.
El proyecto artístico nació de una idea de Olinka Vištica y Dražen Grubišić. En 2006 ganaron el premio EMYA Kenneth Hudson Award como el proyecto museístico más innovador y audaz de Europa. Naturalmente, Olinka y Drazen también formaban una pareja y ellos mismos no fueron inmunes al dolor de una ruptura cuando las cosas ya no funcionaban. En 2003, el año de la separación, tuvieron que dividir todas las cosas que tenían en su casa común. Frente a un muñeco que para ellos era una especie de mascota, se sintieron incómodos: ¿a quién debía ir? «Era el símbolo de nuestra historia, del tiempo pasado juntos, era parte de un ritual simpático. Cada vez que uno de los dos se iba por trabajo, lo metía en la maleta y lo fotografiaba de viaje, una forma de contarle al otro la preciosidad del tiempo juntos».
Decidieron que ninguno de los dos podía quedárselo y de ahí surgió la idea de montar un lugar especial para las historias de amor que terminaron mal, un lugar de reparación colectiva pero también de reflexión. El Museo de las Relaciones Rotas ha estado recolectando piezas de museo desde 2006. ¿Te han dejado? ¿Has tenido la experiencia desafortunada de una relación rota? Solo tienes que ir al sitio web y enviar tu recuerdo y el símbolo a la dirección del museo de Zagreb (brokenships.com).
Un soldado estadounidense envió un set de tarjetas de las Naciones Unidas que usaba para distraerse de su amor lejano. Dadu y Luiza, rumanos, donaron un cordón de piel para llevar en la muñeca acompañado de una nota que parece casi un poema: «Llevamos estas pulseras, pensamos que durarían para siempre, como nuestro amor. La pulsera todavía está intacta, nuestra historia ahora es algo del pasado».
Algunos han enviado al museo una vieja revista con el nombre de su novia garabateado, otros píldoras para la gastritis, otros una prótesis e incluso una crema para el herpes llegada desde Alemania. Objetos reflejo de la humanidad. Algunos hablan de historias interrumpidas por la inmigración, otras que hacen referencia a la pandemia, otras aún a la Brexit.
La directora del museo está convencida de que, al igual que los duelos, el final de una relación amorosa debería celebrarse con un ritual. Lejos del rencor, mirando hacia el futuro. Es la única forma de crear algo nuevo. «Drazen y yo, por ejemplo, estuvimos juntos como pareja durante años. Pero ahora hemos estado planeando el museo juntos durante 20 años».
La carta del soldado desde la prisión llega con 78 años de retraso (gracias a la ayuda de la web)
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