«Nadie se escandaliza si bendigo a un empresario que explota a la gente, que es un pecado muy grave, mientras que sucede si se trata de un homosexual. Es hipocresía». Papa Francisco con un chiste defiende vehementemente el controvertido documento sobre las bendiciones a las parejas gay en una entrevista con la revista Credere - periódico del grupo editorial San Paolo - con motivo del décimo aniversario de la fundación. Tras la publicación de la declaración Fiducia Supplicans del dicasterio para la Doctrina de la Fe, las polémicas no han cesado en el Vaticano, con obispados enteros que se niegan a aplicarlo y ni siquiera ha servido la aclaración papal de que se bendicen a las personas individuales y no a las parejas, aunque en realidad el documento vaticano solo se refiere a las parejas. En resumen, un lío destinado a no acabar pronto. «El corazón del documento es la acogida».
En la entrevista se le pregunta si se da cuenta de que ha iniciado un cambio épico? «¡No realmente! Me lo dicen, sí... Sigo adelante como puedo» responde el Papa Bergoglio, destacando una vez más que la edad y la salud no importan: «La Iglesia se gobierna con la cabeza, no con las piernas».
Bergoglio no ha ocultado su desprecio por los sacerdotes que buscan la comodidad y el lujo: «Cuando estoy con la administración, sí, hago lo que tengo que hacer... pero cuando estoy con la gente, es otra cosa. La gente sufre mucho... nosotros, los clérigos, a veces vivimos en la comodidad... hay que ver el trabajo, el sufrimiento de la gente».
Los obispos africanos, así como varios episcopados europeos, han explicado al Papa que no tienen la intención de bendecir las uniones de personas del mismo sexo porque es un camino contrario a la doctrina cristiana, además, un enfoque de este tipo solo generaría más confusión entre las personas. Algunos cardenales han hecho saber que si el Papa quería bendecir a los gays individuales, no había ninguna necesidad de despedir un texto en el que se habla expresamente de parejas gay. El documento del Dicasterio de la Fe ha sido objeto de una aclaración adicional por parte del Vaticano, pero el nuevo texto también ha sido objeto de interpretaciones controvertidas e incluso de cierta ironía, ya que la bendición sugerida para el gay individual no debería superar los 15 segundos.
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