La reina consorte Camilla no se desanima por el mal tiempo. Para su primera salida pública después del triste diagnóstico de cáncer que ha afectado a su esposo, el rey Carlos III, ella se embarcó en un viaje de seis horas en coche, más de 320 km, cuando descubrió que el helicóptero real había sido retenido en tierra por las malas condiciones meteorológicas.
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El trasfondo
El Telegraph revela el trasfondo: pocos pensaron que Camilla, de 76 años, acababa de hacer un viaje tan exigente cuando apareció el jueves por la noche en un concierto en la catedral de Salisbury. En las imágenes se la ve sonriente, con un cálido abrigo blanco, mientras estrecha las manos. "Está muy bien dadas las circunstancias. Está muy conmovida por las cartas y mensajes del público. Esto es muy alentador", respondió a quienes le preguntaban por la salud de su esposo.
Las fuentes
La reina había partido de la residencia real de Sandringham, en Norfolk, donde estaba con el rey. "El vuelo fue cancelado debido al mal tiempo, así que decidió ir por carretera, un viaje infernal, al menos seis horas en estas condiciones" - relató una fuente del palacio al periódico - "no quería decepcionar al rey, después de haberle prometido que lo sustituiría en los compromisos oficiales".
El nuevo rol
Camilla se está revelando como la "potencia tranquila detrás de la corona", según fuentes bien informadas a Vanity Fair. Mientras que Carlos III parece "frustrado" por la incapacidad de cumplir con sus deberes, ante la necesidad de someterse a tratamiento por su cáncer, la reina está decidida a tranquilizar a su esposo y al público.
La crisis
Su papel es central mientras la monarquía británica atraviesa un momento de crisis. Además de la enfermedad de Carlos, de la que se sabe poco, también están los problemas de salud de Kate, la esposa del heredero al trono, que ha sido operada por un problema no especificado en el abdomen y no aparecerá en público antes de Pascua. Su esposo William, primogénito de Carlos, ha vuelto 'al servicio' después del anuncio de la enfermedad de su padre. Pero el príncipe de Gales también tiene la intención de estar muy cerca de sus tres hijos pequeños. Y así es Camilla, una vez considerada una amenaza para la estabilidad de la monarquía, ahora se muestra como un recurso fundamental.
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