La foto de Kate Middleton retocada, publicada el pasado domingo por el Palacio de Kensington, ha desatado una tormenta mediática no solo en Gran Bretaña, sino en todo el mundo. Un verdadero bumerán que corre el riesgo de minar la credibilidad de la princesa de Gales (y futura reina) a nivel internacional. En los Estados Unidos, por ejemplo, la Cnn ha anunciado una revisión generalizada de las imágenes recibidas en el pasado reciente por parte del Palacio de Kensington.
Cnn revisará otras fotos de Kate: «Manipulación inaceptable»
La cadena estadounidense afirma considerar «inaceptable cualquier retoque, modificación o manipulación de los píxeles de una imagen», como ocurrió con el retrato familiar incriminado de Kate: difundido por el palacio dos meses después de la misteriosa intervención abdominal a la que la futura reina consorte fue sometida en enero, con la intención de tranquilizar a la opinión pública y aplacar las sospechas alimentadas por una larga desaparición de la escena pública. Operación admitida al final por el mismo equipo real y de la que Kate ha asumido la responsabilidad, pidiendo disculpas, sin embargo, sin parecer convincente. Tanto más a la luz de la decisión reafirmada en las últimas horas por el Palacio de Kensington de no querer liberar la versión no retocada, a pesar de las aseguraciones no oficiales según las cuales los retoques habrían sido marginales. Aseguraciones a las que evidentemente Cnn no pretende creer ciegamente, como demuestra la autorización a una verificación más profunda de todas las fotografías recientes de los Gales.
Una verificación que los príncipes rebeldes Harry y Meghan, que se mudaron precisamente a los EE. UU. después del traumático cisma de la Familia Real en 2020, podrían esperar no sin cierta curiosidad: después de haber levantado en los últimos años - en el contexto de una persistente disputa entre hermanos - más de una sombra sobre la corrección de la máquina de relaciones públicas de William y Kate.
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