Adiós al director canadiense Norman Jewison, quien dirigió películas memorables como «En el calor de la noche», «El violinista en el tejado», «Jesucristo Superestrella», «Rollerball», «Agnes de Dios» y «Hechizada por la luna». Falleció en su casa de Los Ángeles a la edad de 97 años el sábado 20 de enero, según anunció el publicista Jeff Sanderson en nombre de la familia. Entre los años sesenta y ochenta, Jewison - un autor progresista de un cine comprometido cívicamente y técnicamente muy innovador - acumuló una serie de éxitos merecidos y siete nominaciones al Oscar, además del Oso de Plata a la dirección en 1988 en el Festival de Berlín por «Hechizada por la luna» y el prestigioso premio Irving G. Thalberg, que le fue otorgado en el marco de los Academy Awards en 1999 en reconocimiento a su carrera.
Quién era
Nacido en Toronto el 21 de julio de 1926, después de graduarse en 1950, Norman Jewison se trasladó a Londres, donde en dos años aprendió las reglas del oficio de autor de televisión en la BBC. De regreso en su ciudad natal, trabajó en la televisión canadiense CBC desde 1953 hasta 1958, luego dirigió y produjo varios espectáculos musicales en Nueva York, incluyendo algunos episodios de «The Judy Garland show» (1962-63). En Hollywood, hizo su debut como director con la película de Disney «20 libras de problemas... y una tonelada de alegría» (1962), seguida de algunas comedias, dos de las cuales protagonizadas por Doris Day: «Ese cierto no sé qué» (1963) y «No me envíes flores» (1964). Se estableció como cineasta innovador con su quinta película «El rey del juego» (1965), donde analiza metafóricamente las dinámicas sociales y su conflicto, presentando las partidas de póquer entre el joven desafiante (Steve McQueen) y el anciano y ya establecido oponente (Edward G. Robinson) como auténticos duelos. A esta película le siguió «Los rusos están llegando, los rusos están llegando» (1966), primer trabajo también producido por el director y primera nominación al Oscar como mejor película. Desde entonces, el mundo desgarrado por el racismo se convirtió en una constante en la filmografía de Norman Jewison, con una trilogía ideal sobre la intolerancia hacia los afroamericanos en los Estados Unidos: el thriller antirracista «En el calor de la noche» (1967), por el cual obtuvo una nominación al Oscar por la dirección, película basada en el personaje de un detective afroamericano interpretado por Sidney Poitier; «Historia de un soldado» (1984), nuevamente nominado al Oscar como mejor película; y «Huracán - El grito de la inocencia» (1999), que transforma la historia del boxeador Rubin Carter en un acto de acusación contra el sistema policial y judicial estadounidense.
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