El mayor escándalo que ha golpeado a las Naciones Unidas se expande y muestra aspectos inquietantes. En los canales de Telegram, los profesores de la UNRWA elogiaban, incitaban, aplaudían las acciones de los terroristas de Hamas, y debajo de las fotografías y videos de las masacres en los kibbutz, había caritas sonrientes, 'me gusta' y corazones. Se han guardado y analizado alrededor de 249 mil mensajes. Un trabajo meticuloso realizado por una ONG con sede en Ginebra, Unwatch, entregado hace tiempo a todas las autoridades internacionales para probar sin lugar a dudas cuánto el organismo de la ONU pudo haber sido permeado por la ideología antisemita de Hamas, destinada a matar a 'los perros' (así es como se llama a los judíos en miles de mensajes) y negar la existencia del estado de Israel.
Al día siguiente de la decisión de una decena de países donantes de suspender temporalmente el envío de fondos a la UNRWA, hasta que se complete la investigación interna ordenada por el secretario de la ONU, Guterres, comienzan a surgir las primeras revelaciones sobre las pruebas concretas contenidas en el informe top secret que ha obligado a naciones como EE.UU., Alemania, Francia, Italia, Australia a tomar medidas. Un escándalo de tal magnitud nunca había tocado a las Naciones Unidas. El New York Times tuvo acceso al documento y arrojó luz sobre quién y cómo el personal pagado por UNRWA participó materialmente en las masacres en el festival Nova, en Sderot y en los kibbutz devastados por violaciones, asesinatos, decapitaciones, incendios.
Por el momento, ya se han despedido a una docena de funcionarios. Uno de ellos está acusado de haber secuestrado a una mujer. Otro está acusado de haber distribuido municiones. Un tercero fue descrito por testigos como parte de los asesinos en un kibbutz donde murieron 97 personas.
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El secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, dijo estar 'horrorizado por estas acusaciones' e imploró a las naciones que han suspendido sus pagos que reconsideren, ya que la UNRWA es uno de los mayores empleadores en Gaza, con 13.000 personas empleadas, en su mayoría palestinas. Prácticamente funciona como un gran amortiguador social sin el cual la situación sería aún peor.
La UNRWA ha tenido que confirmar mientras tanto que dos de los 12 empleados han muerto, agregando que no quiere proporcionar más información mientras la Oficina de Servicios de Supervisión Interna todavía está investigando. El Times, mientras tanto, ha verificado la identidad de uno de los 12 empleados, que trabajaba como responsable de almacén. Su perfil en las redes sociales lo muestra con el uniforme de la ONU. Los israelíes, por otro lado, han ido mucho más allá con las pruebas de 10 empleados como miembros efectivos de Hamas, el grupo militante que controlaba Gaza en el momento del ataque del 7 de octubre. Otro funcionario estaba afiliado a la Jihad Islámica.
No solo eso. Siete de ellos fueron contratados como profesores en las escuelas de la UNRWA, donde enseñaban árabe y matemáticas a los niños. Desde 1949, la agencia de la ONU ha cuidado de las familias de los palestinos que huyeron o fueron obligados a abandonar sus hogares durante las guerras desde 1947 en adelante.
Con el paso de los años, la UNRWA habría caído bajo la influencia de Hamas, aunque la ONU sigue negando categóricamente esta conclusión. Las suspensiones de financiamiento por parte de muchos países de apoyo podrían tener consecuencias inmediatas, ya que a diferencia de otras agencias de la ONU, la UNRWA no tiene una reserva financiera estratégica. El comisionado general Philippe Lazzarini ha advertido de la inminente catástrofe: 'La vida de las personas en Gaza depende de este apoyo, así como la estabilidad regional'
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