El gesto de humildad de Papa Francisco: lavando los pies a mujeres detenidas

El gesto de humildad de Papa Francisco: lavando los pies a mujeres detenidas
by Franca Giansoldati
3 Minutos de lectura
jueves 28 marzo 2024, 17:26 - Última actualización: 17:27

En el patio bajo una carpa blanca Papa Francisco ha repetido el antiguo gesto simbólico de lavar los pies a los doce apóstoles: esta vez son doce mujeres, detenidas por vidas difíciles, entrelazadas con los hilos de un pasado complicado y doloroso. Cada una está cumpliendo su condena dentro de la sección femenina de la prisión de Rebibbia. La decisión de Bergoglio de volver a una institución penitenciaria para renovar la cercanía de la Iglesia e infundir esperanza no es nueva. En estos once años ha cruzado el umbral de decenas de cárceles, tanto en Italia como en el extranjero, siempre con la intención de donar esperanza repitiendo la misma frase: «¿Por qué ellos y no yo?».

Papa Francisco en la misa del Crisma evoca las laceraciones en la Iglesia y pide hacer menos «polémicas», se necesita «misericordia»

El encuentro

En silla de ruedas, empujado por el ayudante, el Papa se acercó a una plataforma elevada un metro sobre la cual se colocaron doce taburetes. En cada uno tomaron asiento jóvenes mujeres pero también chicas muy jóvenes en chándal y zapatillas de deporte, donde lentamente se quitaron los calcetines y ofrecieron al Papa el pie que delicadamente fue mojado con agua santa y luego secado con lino. Muchas lloraban sin poder contener las lágrimas. La emoción mientras tanto tomaba forma y bajo la carpa caía un gran silencio recogido.

Se llama «El Ilíbato» el aceite de la Misa del Crisma del Papa, producido por siete generaciones de mujeres de una noble familia

La homilía

Antes de renovar el antiguo rito Papa Francisco dirigió la palabra a todos: la homilía fue improvisada y bastante breve. Su voz sonaba bien aunque por momentos cansada. Probablemente porque por la mañana leyó tres páginas densas de reflexiones, durante la misa del Crisma en la basílica. «El lavatorio de los pies muestra a Jesús que se humilla. Con este gesto nos hace entender lo que había dicho: no he venido para ser servido sino para servir. Cristo nos enseña el camino del servicio. El otro episodio triste narrado por el Evangelio es la traición de Judas que no fue capaz de llevar adelante el amor y por egoísmo lo lleva a esta decisión pero Jesús lo perdona. Jesús siempre perdona todo, y pide que nosotros pidamos perdón. Una vez escuché a una viejecita sabia, una abuela del pueblo, que repetía que Jesús nunca se cansa de perdonar, más bien somos nosotros los que nos cansamos de pedirle perdón. Entonces pedimos la gracia de no cansarnos. Cada uno tiene pequeños fracasos, grandes fracasos, cada uno tiene su propia historia pero Jesús nunca se cansa de perdonar. Ahora haremos lo mismo que hizo Jesús, lavar los pies, un gesto que atrae la atención sobre la vocación al servicio. Pedimos al señor que nos haga crecer en esta vocación destacó Francisco.

Gaza, el Papa escribe una carta a los católicos: «Parece que las tinieblas cubren la Tierra Santa, tiempos oscuros»

Las palabras de la directora

«Usted aquí hoy para nosotros ha sido un rayo de sol. Gracias en nombre de todos» dijo Nadia Fontana, directora de la prisión femenina de Rebibbia. Al Papa le entregó como regalo productos del huerto que cultivan las 360 detenidas, un rosario hecho con crochet y perlas y dos estolas con la imagen bordada de dos manos que acogen un girasol. Antes de partir Bergoglio dejó como recuerdo una imagen pintada de la Virgen con el niño.

© TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS
Este artículo se traduce automáticamente