Desde hace tiempo, la comunidad judía europea está en alerta por el crecimiento del antisemitismo. A reforzar los temores esta vez es también un cartel aparecido en una localidad de esquí suiza que advierte a los clientes que ya no se alquilarán equipos deportivos a los judíos. El jefe de los rabinos europeos, Pinchas Goldschmidt, ha denunciado un clima que parece hacer que Europa vuelva al pasado y ha publicado en X la fotografía del aviso en lengua hebrea, probablemente dirigido a los judíos israelíes en semana blanca.
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Un hecho que evoca el clima de 1938, cuando cosas así eran el orden del día. La policía cantonal suiza, tras la denuncia del rabinato suizo, ha abierto inmediatamente una investigación mientras que los propietarios de la estructura se han justificado diciendo que en el pasado habían tenido incidentes molestos como 'el robo de un trineo', añadiendo que en cualquier caso era su derecho decidir a quién alquilar 'las cosas de propiedad', especificando que la decisión no tiene nada que ver con la fe o el color de la piel.
En una entrevista con el Messaggero hace algún tiempo, el rabino Goldschmidt decía que estaba asustado por el fuerte resurgimiento del extremismo de derecha, añadiendo 'que el antisemitismo no es un accidente fatal que ocurre de la nada. Como en el pasado, los peligros pueden manifestarse si la retórica odiosa y las teorías de la conspiración malévola se dejan sin contrarrestar, sin ser detenidas. No se puede observar y tolerar en silencio. A medida que el resentimiento, el odio y la desinformación se difunden cada vez más, también aumenta el peligro de que el antisemitismo se convierta en violencia directa'
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