Tenían 25 y 27 años Francesco Pastore y Francesco Ferraro, los dos carabinieri muertos en el accidente de tráfico del sábado por la noche en Campagna, en la provincia de Salerno. El automóvil en el que viajaban los dos militares, junto a un colega que resultó herido, habría chocado frontalmente contra un Range Rover que venía en sentido contrario por la carretera estatal 19. Pastore y Ferraro, ambos de Apulia, prestaban servicio en la estación de carabinieri de Campagna. Uno era sargento y el otro cabo.
Quién era Francesco Pastore
El joven de 25 años era originario de Manfredonia, en la provincia de Foggia. Amaba su trabajo, quería ser carabiniere desde pequeño para seguir los pasos de su padre. Francesco Pastore era de hecho hijo de arte: su papá Matteo presta servicio en la estación radiomóvil de los carabinieri de San Giovanni Rotondo (Foggia). «Una familia dedicada al servicio del Estado - cuenta quien conoce a la familia -. Un tío está en la Aeronáutica. Personas dedicadas a ayudar a la gente».
«Una familia decente, muy reservada - afirma un colega del padre -. Francesco volvía a menudo a Manfredonia a visitar a su familia. Después del diploma de geometra se enroló en la escuela de suboficiales primero en Velletri, luego en Florencia y salió como sargento. Su primer destino fue Campagna». Además del padre carabiniere, Francesco deja a la madre y una hermana con la que vivía cuando regresaba a Manfredonia.
Quién era Francesco Ferraro
Francesco Ferraro era en cambio originario de Montesano Salentino (Lecce). Alessandro Verardo, vicealcalde del pueblo, lo recuerda así: «Francesco era un amigo. Una persona extraordinaria, excepcional. Una de esas personas que siempre dedicó su vida al social».
«Francesco venía cada 15 días aquí a Montesano donde vive su familia. Cada vez estaba siempre disponible para cualquier necesidad - continúa Verardo -. Hicimos juntos muchísimas cosas. Muchísimas actividades en el ámbito de la protección civil. Era un chico especial. Aquí somos una pequeña comunidad de 2600 almas y nos conocemos todos. Francesco era amado por todos porque era bueno de corazón».
El cabo tenía un hermano carabiniere, Alessandro, que presta servicio en Crotone, en Calabria, el papá está jubilado y la mamá trabaja como enfermera en el hospital de Tricase. «Un dolor enorme. Una pérdida grandísima para su familia que vive a pocos metros de mi casa - continúa aún el vicealcalde - y para toda la comunidad. Creía en todo lo que hacía».
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