Tonino Lamborghini, padre de la cantante Elettra y de la ex gran hermana Ginevra, rompe el silencio y en una carta enviada a los periódicos habla sobre el litigio legal que está enfrentando con Flavia Borzone por el reconocimiento de la paternidad. El empresario niega cualquier vínculo biológico con la napolitana de 36 años y condena la manera en que ella y su madre, Rosalba Colosimo, están manejando el asunto.
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La carta de Tonino Lamborghini
«Estoy desconcertado al tener que presenciar, una vez más, una campaña difamatoria mediática contra mí y mi familia, distribuida en episodios en los principales periódicos. Lo que me consuela, si es que podemos decirlo, es tener la firme certeza de que la señora Flavia Borzone, hasta prueba de lo contrario, no es mi hija; y que, independientemente de los resultados finales de los muchos procedimientos en curso, moralmente nunca podrá serlo». Esta es la carta que el padre de Elettra Lamborghini, Tonino, en acuerdo con su abogado Mauro Bernardini, ha confiado a varios periódicos, incluido Corriere della Sera, para hacer oír su voz.
El empresario es parte civil en el juicio por difamación contra Flavia Borzone, quien, a través de una prueba de ADN, afirma poder demostrar que es su hija. La mujer habría contratado a un investigador privado, que habría logrado obtener de un cubo de basura una pajita con la saliva de Elettra Lamborghini para permitir las pruebas que demostrarían la relación de parentesco entre las dos mujeres.
La familia Lamborghini
Para Tonino Lamborghini, detrás de esta batalla no hay un deseo de conocer a un padre: «Voluntariamente olvida que, además del nombre Lamborghini, y del estado civil de hija Lamborghini, al que con tanta insistencia aspira, hay una verdadera familia Lamborghini, hecha de comunidad de afectos y de vida juntos, preservada durante décadas, que ella está pisoteando. Mi verdadera familia, compuesta por mis cinco maravillosos hijos, y no solo por Elettra, a quien ella siempre ama dirigirse y acercarse».
«Hasta el último lucharé por obtener justicia sustancial y estoy seguro de que al final de esta batalla - enfatiza el empresario - quedará claro para la mayoría cómo el deseo de Flavia de ver declarada la verdad de nuestra relación biológica, aunque en sí mismo legítimo, termina por caer en el reprobable oportunismo, si es movido por el mero deseo de comodidad y notoriedad».
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