No hay paz en el Vaticano. Hasta ahora se han registrado murmullos generalizados, críticas fundamentadas e incluso levantamientos continentales, pero ningún cardenal había pedido públicamente, utilizando Facebook, el despido de otro cardenal. El ambiente interno después de la Fiducia Supplicans, el controvertido documento sobre las bendiciones a las parejas homosexuales, sigue siendo bastante tenso a pesar de las abundantes garantías del Papa Francisco de que siempre han existido grupos rebeldes y problemáticos.
Una de las voces más libres del colegio cardenalicio, también conocido como el León de Hong Kong por no haberse dejado intimidar ni siquiera por Pekín reivindicando la democracia y por ello acabando en el tribunal, a sus noventa años, continúa su lucha incansable 'por la verdad', como él afirma. Y esta vez, ante el lío de las bendiciones a las parejas homosexuales, el cardenal Joseph Zen Ze-kiun se ha dirigido al Papa Francisco pidiéndole que expulse al autor de ese documento, el cardenal argentino Victor Emanuel Fernández, o al menos lo induzca a renunciar. 'Está sosteniendo una herejía al reivindicar un pecado grave como algo positivo, bueno. ¿Pero entonces el prefecto no debería renunciar o ser despedido?'
En una reflexión publicada el 23 de enero en su blog, Zen explicó que la declaración Fiducia Supplicans contiene demasiados pasajes contradictorios que requieren aclaraciones. Además, 'deja muchas preguntas sin respuesta'. La razón es que, según Zen, no hace más que legitimar el sexo 'contra natura' de las personas homosexuales, dando a entender que su relación incluso tendría 'una bondad intrínseca' hasta el punto de poder 'madurar y crecer'.
Zen, una vez más, como es su costumbre, habló sin rodeos. En el pasado no dudó en firmar junto a otros cuatro cardenales cartas al Papa en las que se destacaban dudas y problemas teológicos con otros documentos. En su opinión, 'estas formas de bendición expresan la súplica de que Dios pueda conceder esas ayudas que provienen de su Espíritu, es decir, algo que la teología clásica llama gracia real, para que las relaciones humanas puedan madurar y crecer en fidelidad al Evangelio, que puedan ser liberadas de sus imperfecciones y debilidades y que puedan expresarse en la dimensión siempre creciente del amor divino'.
Zen observó que en todas partes hay demasiada confusión y sería necesario aclarar a los fieles de todo el mundo la naturaleza del matrimonio, la relación entre hombre y mujer, la única que realmente puede ser bendecida por Dios. También criticó el hecho de que el método utilizado para difundir Fiducia Supplicans mostró un 'grave desprecio por la oficina de los obispos, los sucesores de los apóstoles, los hermanos del Papa'. No hubo ningún debate ni consulta.
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