Udinese-Roma fue suspendido después de 10 minutos de larga espera, con los aficionados presentes en el estadio y conectados desde casa que siguieron con preocupación la situación debido al malestar de Ndicka. El defensa central sufrió un malestar y se desplomó en el suelo en el minuto 72, con los paramédicos interviniendo para socorrerlo. Los jugadores en el campo llamaron la atención de los sanitarios al borde del campo que transportaron en camilla al marfileño fuera del terreno de juego.
Qué pasó en esos 10 minutos
El juego se había detenido poco antes debido a la invasión de campo de un aficionado que quería tomarse un selfie con Dybala. Después de unos minutos, Ndicka se desplomó en el suelo debido a un malestar en el pecho quedando acostado boca arriba. Mientras hablaba con sus compañeros, el número 5 amarillo y rojo señaló con la mano derecha la parte central del pecho indicando un problema en el área del corazón. Los jugadores en el campo inmediatamente llamaron la atención de los paramédicos que entraron con una camilla y el desfibrilador. Sin embargo, este último dispositivo no fue utilizado ya que el jugador permaneció consciente en todo momento, según reportó Sky Sport.
Después de acomodar al jugador en la camilla, los paramédicos transportaron a Ndicka a los vestuarios y mientras pasaba junto a los banquillos hizo un gesto con el pulgar para demostrar que estaba bien. La preocupación era visible tanto en los rostros de los jugadores como de De Rossi que comunicó al árbitro que quería asegurarse del estado del marfileño. Por eso entró en las entrañas del estadio para luego salir después de unos minutos con una expresión bastante preocupada aunque tranquilizó a todos con un simple: «Está bien».
Poco después fue Gianluca Mancini quien quiso entrar en los vestuarios, con el central número 23 que quería asegurarse del estado de su compañero de equipo. También él volvió al campo poco después con los compañeros hablando entre ellos en una atmósfera suspendida en todo el estadio. Las cámaras se concentraron luego en Cioffi y De Rossi que pidió a Pairetto suspender el encuentro definitivamente. De hecho, tras las conversaciones, el árbitro se dirigió al centro del campo para luego pitar tres veces terminando el encuentro.
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