Un sacerdote keniano que había abusado de una joven de 16 años ha sido condenado definitivamente por el Tribunal Superior de Nairobi con una sentencia excepcional: el padre Dominic Muli Nzioka deberá pasar los próximos tres años de su vida, al menos una vez al mes, explicando a todos sus hermanos el contenido y el espíritu de la ley contra los crímenes sexuales aprobada por el Parlamento hace algunos años. La jueza que emitió la sentencia, Anne Ong'injo, explicó que las predicaciones del religioso ahora deberán contribuir a educar al clero presente en Kenia sobre la legislación vigente para desalentar posibles otros episodios criminales.
La sentencia llegó después de que el padre Nzioka había apelado en primera instancia la condena a siete años, emitida el pasado junio por un tribunal de Mombasa. Ahora el padre Nzioka será obviamente monitoreado para que no evada el castigo por un sacerdote de su parroquia y por los agentes que lo supervisan ya que está en libertad vigilada. «Mientras está en libertad vigilada, se le ordena al recurrente sensibilizar a sus fieles sobre la ley de delitos sexuales un domingo al mes. Al final del período bajo supervisión, el párroco y el oficial de libertad vigilada presentarán un informe en el tribunal», dijo la jueza.
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El núcleo central de la Ley de Ofensas Sexuales en Kenia fue aprobado en 2006 para limitar los casos de violencia sexual. A principios de este año, las iglesias del país denunciaron un aumento vertiginoso de casos de abusos y de feminicidios. Según las estadísticas publicadas por Femicide Count Kenya, hubo 58 feminicidios entre enero y octubre de 2022. En 2023, la organización ha registrado al menos 152 casos y desde enero de este año hasta la fecha 14 casos.
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