El Wall Street Journal informa sobre las graves preocupaciones sobre Elon Musk. Genio, enfermo (sufre de trastorno bipolar y síndrome de Asperger), estresado (por el exceso de trabajo y la falta de sueño): el magnate sudafricano-canadiense-estadounidense y sus seguidores han ofrecido varias explicaciones para sus opiniones contracorrientes, sus discursos sin filtro y sus provocaciones o rarezas. Pero en los últimos años, varios ejecutivos y miembros de los consejos de administración de sus empresas y otras personas cercanas al hombre más rico del mundo han desarrollado una preocupación persistente de que haya otro componente que impulse su comportamiento: el uso de drogas, incluso ilegales, a partir de 2017. Y temen que dicho consumo por parte del CEO de Tesla y SpaceX podría tener consecuencias no solo para su salud sino también para las seis empresas y los miles de millones en activos que supervisa, incluyendo X, el ex Twitter.
El Wall Street Journal revela los temores de los gerentes y accionistas de su imperio. Según personas que han presenciado su consumo de drogas y otros que están al tanto, Musk ha consumido LSD, cocaína, ketamina, éxtasis y hongos psicodélicos, a menudo durante fiestas privadas en todo el mundo, donde los participantes firman acuerdos de confidencialidad o renuncian a sus teléfonos móviles para entrar.
En 2018, por ejemplo, tomó varias pastillas de LSD durante una fiesta en Los Ángeles. Ese mismo año fumó marihuana en público en el show de Joe Rogan. Al año siguiente, celebró con "hongos mágicos" en un evento en México. En 2021, consumió ketamina recreativamente con su hermano, Kimbal Musk, en Miami durante una fiesta en casa durante Art Basel. Según el WSJ, también ha consumido drogas ilegales con Steve Jurvetson, ex miembro del consejo de administración de Tesla y actual miembro del consejo de administración de SpaceX.
Un problema que en 2019 habría llevado a la entonces ejecutiva de Tesla, Linda Johnson Rice, a no postularse para el consejo. Algunos creen que estaba bajo la influencia de drogas cuando en 2018 tuiteó sus planes para privatizar Tesla, lo que provocó la apertura de una investigación de la SEC. Personas cercanas a Musk, que ahora tiene 52 años, aseguran que su consumo de drogas continúa, especialmente el consumo de ketamina, que él afirma tomar contra la depresión con una prescripción médica 'off label'.
Mientras su abogado Alex Spiro asegura que Musk es "regularmente y aleatoriamente sometido a pruebas de drogas en SpaceX y nunca ha fallado una". El uso ilegal de drogas, además de violar las 'políticas' de SpaceX y Tesla, probablemente también representaría una violación de las políticas federales que podrían poner en peligro los miles de millones de dólares de SpaceX en contratos gubernamentales con la NASA (es la única compañía estadounidense autorizada para transportar astronautas a la ISS) y el Pentágono (que compra cohetes y utiliza sus redes satelitales). Sin olvidar que Musk, como CEO y fundador de SpaceX, tiene autorización para información clasificada relacionada con la seguridad nacional. Musk es una parte integral del valor de sus empresas, poniendo potencialmente en riesgo alrededor de un billón de dólares en activos, decenas de miles de empleos y gran parte del programa espacial estadounidense. Hasta ahora, los inversores siempre han discutido en privado su uso de drogas y han hecho la vista gorda ante los extraordinarios resultados de los últimos años. Pero ahora podrían no ocultar más sus temores.
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