Papa Francisco y la Via Crucis: Un acto de fe ante las adversidades

Papa Francisco y la Via Crucis: Un acto de fe ante las adversidades
by Franca Giansoldati
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martes 26 marzo 2024, 16:01
El mal tiempo, la bronquitis perenne y la alerta terrorista no parecen asustar a Papa Francisco. Este año ha escrito de su propio puño las meditaciones que serán leídas el viernes por la noche en el Coliseo para la Vía Crucis. Se titulan “En oración con Jesús en el camino de la Cruz” y servirán de hilo conductor a las catorce estaciones que recuerdan el recorrido del Salvador en el camino del Gólgota. Después de jóvenes, estudiantes, biblistas, monjas, obispos, refugiados, parejas de casados y misioneros, esta vez los textos han sido compuestos por el pontífice. Una novedad que hace entender el carácter profundamente “meditativo” de estas composiciones espirituales. “Todo está centrado en lo que Jesús siente y vive en ese momento y es claro que la reflexión se amplía al tema del sufrimiento…” explica el portal Vatican News. La elección de Bergoglio está vinculada al Año de la Oración (2024) como preparación al Jubileo. Por lo tanto, la referencia a la actualidad es menos directa que en años pasados cuando el Vaticano involucró a protagonistas de auténticos dramas humanos, víctimas de guerra, migrantes. A menos que haya cambios de última hora, por el momento se confirma la presencia en el Palatino del Papa a pesar de sus frágiles condiciones de salud y el clima que se anuncia poco favorable y aún frío. El Vaticano ha reiterado que el programa sigue siendo el anunciado. “En el estado actual no hay cambios respecto a lo ya previsto”. Aún desconocidos, en cambio, los Cireneos, las personas que llevarán la cruz durante la procesión. Ciertamente “las personas que llevan la cruz están conectadas a la reflexión en la estación”. En 2013, para la primera Vía Crucis de su pontificado, Francisco había confiado las meditaciones a un grupo de jóvenes libaneses. El año siguiente los textos fueron escritos por el obispo Giancarlo Maria Bregantini, en 2015 por monseñor Renato Corti, obispo emérito de Novara y en 2016, por el cardenal Gualtiero Bassetti, ya presidente de la CEI. En 2017, el Papa eligió a la biblista francesa Anne-Marie Pelletier, primera mujer en ganar el Premio Ratzinger. En 2018, las meditaciones fueron confiadas a un grupo de jóvenes coordinados por Andrea Monda, actual director de L’Osservatore Romano. Luego siguieron las meditaciones centradas en el drama de la esclavitud y la trata cuidadas por la hermana Eugenia Bonetti, heroica misionera de la Consolata y presidenta de la Asociación “Slaves no more”. El año de la pandemia, en una plaza San Pedro desoladamente vacía, las meditaciones fueron, en cambio, firmadas por los detenidos de la Casa de reclusión “Due Palazzi” de Padua. Meditaciones 'de grupo' también las del año siguiente, 2021, por un lado el Agesci y por el otro una parroquia romana (Santos Mártires de Uganda). En 2022 Papa Francisco quiso que fuera la familia: una pareja de casados y una de ancianos sin hijos; una familia numerosa y una que ha perdido una hija; una familia con hijo discapacitado, consagrado, con un progenitor enfermo o que ha perdido una hija; una familia en misión, una adoptiva, una familia que gestiona una Casa familia, dos abuelos, una viuda, padres e hijos migrantes, finalmente dos familias una ucraniana y una rusa. Esta última presencia desató un enorme revuelo político por la elección de hacer llevar la cruz a dos mujeres, una ucraniana y una rusa. Finalmente, el año pasado, las meditaciones fueron un collage con textos extraídos de testimonios recogidos durante los viajes apostólicos “Voces de paz en un mundo de guerra”.
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