Nacimiento Milagroso en el Hospital Tiberia

Nacimiento Milagroso en el Hospital Tiberia
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domingo 3 marzo 2024, 17:42

En el hospital Tiberia había llegado para acompañar a su esposo. Era él el "paciente" que debía someterse a una revisión cardiológica pero Anna, su esposa, a la 34ª semana de embarazo, comienza a sentirse muy mal: sufre una hemorragia masiva aguda y así, aunque no había sala de partos, da a luz a su niña. Una historia con final feliz la de esta joven pareja de nuevos padres.

Cuando Anna comienza a sentir los primeros malestares, el personal llama inmediatamente al 118 pero la situación ya es muy grave. El Hospital Tiberia es un hospital en el que hay varios consultorios activos, incluido el de ginecología, pero la actividad quirúrgica se centra principalmente en el ámbito de la senología, ortopedia, urología y cirugía general oncológica abdominal, no proporciona servicios de obstetricia y partos. Pero a pesar de esto, también gracias a la presencia en ese momento del ginecólogo Massimiliano Marziali, Anna logra dar a luz sin ser trasladada a otro centro.

Después de hacer que Anna se recostara, el ginecólogo verifica que el latido sea estable y mediante un examen ecográfico detecta el desprendimiento de la placenta. El tiempo no está a favor, es necesario intervenir con una cesárea de urgencia para salvar la vida de la madre y la niña. Inmediatamente se la traslada a una sala de operaciones, generalmente destinada a otros tipos de intervenciones, y, después de unos 25 minutos, nace la pequeña que, para gran felicidad de todo el personal, llora inmediatamente a pleno pulmón anunciando su nacimiento. Después de los procedimientos necesarios postparto, con la llegada de la ambulancia, la pequeña fue trasladada al Policlínico Umberto I con los neopadres.

«Fueron momentos de gran ansiedad y agitación: cuando mi esposa comenzó a sangrar y el doctor Marziali vio por el ecógrafo que había habido un desprendimiento total de la placenta, me vi envuelto en un torbellino de miedo, preocupación y ansiedad: la situación era crítica y no había tiempo para un traslado - cuenta Fabio, el padre de la niña, todavía visiblemente emocionado -. En un instante vi a todo el personal activarse para preparar las mejores condiciones para que mi esposa pudiera recibir la atención que necesitaba. Fue llevada al quirófano y yo, naturalmente, me quedé fuera esperando. Pero poco después salió una enfermera y me mostró fotos de la niña nacida y en excelentes condiciones, y el miedo se transformó en emoción y gran alegría».

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