Movimientos para desmantelar obras de un ex jesuita acusado de abusos

«Obras repugnantes para la fe y para las víctimas de abusos: deben ser desmanteladas». También en EE. UU., como en Francia, grupos autorizados de católicos se están moviendo para destruir y desmovilizar las obras artísticas de carácter sagrado del ex jesuita (todavía sacerdote) acusado de gravísimas violencias sexuales y psicológicas por varias mujeres. Un caso horrible bien conocido también en el Vaticano que está levantando la indignación de la opinión pública mundial debido a las diversas protecciones y apoyos recibidos en estos años por Rupnik de algunos cardenales y obispos de la curia. Se murmura que incluso el Papa intervino a su favor para hacerle levantar una primera excomunión, hace dos años, aunque Francisco, interrogado por la Ap el año pasado, fue tajante: «Para mí fue una sorpresa, de verdad. Una persona, un artista de este nivel, para mí fue una gran sorpresa y una herida». Este año autorizó un nuevo proceso en el Dicasterio de la Fe donde han comenzado a llegar los primeros testimonios de las víctimas. En Estados Unidos, el Consejo del Cardenal O'Boyle, uno de los grupos que apoya a los Caballeros de Colón, aprobó una resolución el pasado 9 de abril en la que se insta a retirar del santuario dedicado a Juan Pablo II las obras musivas. La noticia se filtró en The Pillar y cuenta que el Consejo pidió la sustitución de los mosaicos por otras obras litúrgicas adecuadas para la celebración de los sacramentos y proceder hacia una reestructuración completa del trabajo hecho en su tiempo por Rupnik y generosamente financiado por los Caballeros de Colón. «El Consejo O'Boyle insta a la dirección ejecutiva de los Caballeros de Colón a hacer inmediatamente disculpas públicas a las víctimas de Rupnik» añade la resolución. «Los mosaicos son repugnantes a la fe, a la moral y a la piedad cristiana debida y carecen de valor artístico debido al hecho de que Rupnik, según se informa, consumó sus abusos sexuales precisamente a través de la creación de sus obras». En 2018, la Compañía de Jesús había iniciado sobre el artista esloveno unas investigaciones preliminares que en mayo de 2019 fueron consideradas creíbles por su mismo orden religioso, enviando entonces a Vaticano la documentación. Poco tiempo después a Rupnik le fueron ordenadas una serie de sanciones y restricciones que nunca respetó y en 2020 el Dicasterio de la Fe decidió para él la máxima pena, la excomunión, por la absolución de cómplice. En mayo de 2020, con la carta protocolar n. 685/2019 publicada por el blog conservador Messa in Latino, firmada por el cardenal Ladaria y por monseñor Di Noia, se notificaba la excomunión aunque luego una «mano desconocida» en alto lugar revocó la excomunión. La excomunión fue decidida porque Rupnik habría absuelto sacramentalmente a una mujer después de un encuentro sexual, un crimen grave para el derecho canónico. Las acusaciones con el tiempo han llevado a la solicitud de remoción de las obras artísticas en diferentes partes del mundo y también en el Santuario de Lourdes, en Francia. A Rupnik mientras tanto también le fueron revocados títulos académicos, sin embargo, en el Anuario pontificio de este año su nombre aún figura entre los consultores del Dicasterio del Culto Divino. Una amarga sorpresa para las víctimas y para la misma opinión pública en un momento en que la credibilidad de la Iglesia en la lucha contra los abusos está bajo presión y siendo cuestionada.