Milan, bajo investigación: discrepancias y dudas en la venta

También está la congruencia del precio de venta del Milan entre los temas en el centro de la investigación milanesa que plantea dudas sobre la efectiva cesión del equipo rossonero del fondo Elliott a RedBird. Esto es lo que se ha aprendido de fuentes judiciales milanesas. El club fue comprado formalmente por aproximadamente 1 mil millones y 200 millones de euros, una cifra que en los entornos se ha considerado demasiado alta desde hace tiempo. Las investigaciones apuntan a esclarecer también el motivo de la presunta simulación de compra-venta. La Gdf y los fiscales ya están trabajando en los documentos incautados ayer para determinar las razones detrás de la operación. Hay «significativas discrepancias» entre lo que comunicó RedBird, el fondo de Gerry Cardinale que compró el Milan en agosto de 2022, a la SEC, la comisión de vigilancia del mercado estadounidense, y lo que se informó, en cambio, «al consejo de administración» del club «sobre el origen de los fondos utilizados para finalizar la compra de acciones» de la sociedad rossonera. Es uno de los temas, como surge de la orden de registro ejecutada ayer por el Núcleo Especial de Policía de Valores de la Gdf, en los que se están centrando las investigaciones de la Fiscalía de Milán, que incluyen entre los investigados al CEO Giorgio Furlani y al predecesor Ivan Gazidis. En particular, según los documentos, al consejo de administración del Milan, el 11 de junio de 2022, es decir, antes del cierre, se le comunicó que sería el fondo «Rb Fund Iv Fc Aiv Cv» el que depositaría 400 millones de euros, es decir, una parte del más de 1 mil millones para la compra, que sin embargo, no aparece en los documentos enviados por RedBird a la SEC. Del «form adv» actualizado al 31 de marzo de 2023 presentado a la SEC, de hecho, escriben los fiscales que investigan con la hipótesis de que Elliott todavía controla el Milan, resulta que ese fondo indicado para la compra al consejo rossonero «no es un fondo de inversión gestionado por RedBird». De aquí surge la sospecha, según la acusación, de que «la mayor parte del capital utilizado para la compra-venta» proviene de un vehículo corporativo no referible a RedBird.