Marco Muller, el trágico final de un ex futbolista: murió a los 71 años, el hombre se suicidó arrojándose bajo un tren. El ex jugador suizo había estado prófugo durante 36 años. Una vida pasada en la clandestinidad para escapar de su pasado criminal, hecho de robos a bancos sin disparar un solo tiro: precisamente este detalle de su 'segunda carrera' lo hizo apodar el "Robin Hood suizo", además del hecho de que robaba donde había mucho dinero.
Marco Muller suicida, su historia
Muller era un mediocampista con presencias en las selecciones juveniles suizas, en los años '70 había jugado entre otros con el Young Boys en la máxima serie helvética, luego tomó un camino equivocado, convirtiéndose en un bandido que en ese momento terminó en primera página. El ex futbolista murió - después de haber estado en la fuga por casi 40 años - justo cerca de su ciudad natal, Bassecourt, en el Cantón del Jura. Su cuerpo fue encontrado en febrero en las vías del tren y solo fue identificado recientemente gracias a un análisis comparativo de ADN realizado con un pariente.
En los años '80 - después de colgar las botas - Muller llevó a cabo varios robos a bancos y furgones blindados. Su vida de película lo vio escapar dos veces de la prisión. La primera del cárcel de la capital cantonal del Jura, donde estaba detenido por robos en el Jura y en Neuchatel. En esa ocasión, después de escapar envió a la policía cantonal del Jura una caja de coñac por Navidad como burla. La segunda y definitiva fuga fue de la prisión de Thorberg, en el cantón de Berna, donde estaba encarcelado para ser procesado por dos robos a furgones blindados en Ginebra y Delemont.
En 1988, desde ese momento se perdieron completamente las pistas de Marco Muller, se convirtió en un fantasma y su historia casi una leyenda olvidada. La historia del futbolista que logró robar un botín total estimado en casi tres millones de francos (poco más de tres millones de euros, no encontrado ni en parte), antes de desaparecer con un movimiento digno de aquel campeón que nunca había sido con los tacos. Hasta reaparecer sin vida en las vías, un paradoja para alguien que nunca había querido seguir los rieles de la vida. Se pensaba que el futbolista prófugo se había escondido en Francia en los años siguientes a su última fuga, luego decidió terminar con su vida donde todo había comenzado 71 años atrás, la ciudad donde nació. Un ex cómplice de Muller, Andre Jaggi, declaró al respecto: "No creo que Marco haya vuelto nunca a su ciudad natal mientras estaba fugado. No era estúpido. Incluso bajo un disfraz, aquí lo habrían reconocido por su forma de caminar. Usualmente, él se quedaba con la mayor parte del dinero después de los robos. Luego me pedía prestado algo de mi parte y decía que me pagaría en el próximo robo". Yves Girard, coetáneo de Muller, trabajaba en un banco en Bassecourt que fue robado por el ex futbolista en 1979. Su recuerdo de ese día es vívido: "Ese chico entró con una peluca roja y un abrigo largo, como en una película de Sergio Leone. Sacó unos palos de dinamita y me dijo que tomara todo el dinero de la caja fuerte o volaría por los aires". Probablemente Marco nunca lo habría hecho. Que fuera un bandido no se puede negar, pero debe haber habido una razón por la que lo llamaron Robin Hood...
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