La visita del Papa a la Bienal de Arte en una cárcel femenina: un encuentro de esperanza y arte tras las rejas

La visita del Papa a la Bienal de Arte en una cárcel femenina: un encuentro de esperanza y arte tras las rejas
by Franca Giansoldati
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domingo 28 abril 2024, 08:37 - Última actualización: 11:39
VENEZIA La única cosa que no tendrá que hacer el Papa es depositar el celular bajo la mirada de los guardias carcelarios, ni ser sometido al control del detector de metales antes de cruzar el portón. Por lo demás, su visita al Pabellón para la Bienal de arte - montada dentro de la cárcel femenina de la Giudecca - será en todo y por todo igual a la de los visitantes normales que quieran ver con sus propios ojos lo que los máximos exponentes del arte contemporáneo han creado trabajando durante meses, codo con codo, con las mismas detenidas. Se comienza por un camino tortuoso, entre pasillos, muros de ocho metros de altura, asfixiantes, coronados por alambre de espino, torretas. El tiempo marcado por el ruido de pesados mazos de llaves que chocan entre sí y por los golpes de las puertas blindadas a sus espaldas. En otro tiempo era un monasterio de "convertidas", ahora es un lugar de detención para unas ochenta huéspedes, algunas de las cuales condenadas a la máxima pena. El ministro Nordio inaugura el Pabellón del Vaticano en la Bienal de Venecia: «el arte ofrece esperanza en los lugares de dolor» LA POESÍA «Estoy en un lugar que nunca querría estar, pero he aprendido mucho. Vivo por mi hijo, lo más querido de mi vida. La vida es preciosa, se vive en lo bueno y en lo malo. Un pensamiento hermoso para todos» escribe Alessandra en esta poesía compuesta para la Bienal. Tres detenidas hacen de guía al grupo internacional de periodistas que ha podido experimentar de antemano el recorrido papal, en la víspera del viaje a Venecia. Antonella, Fanta y Giulia se presentan y dan la bienvenida. Visten una bata blanca y negra, cosida por ellas mismas en el taller interno. Abren paso a los huéspedes, revelando paso a paso el simbolismo encerrado en las obras que se encuentran. Nos muestran de inmediato la cafetería, su lugar de encuentro. «Este es un ambiente donde trabajamos. En esa pared hay obras de Corita Kent, una artista estadounidense, activista política muy adelantada para su tiempo». Fanta habla en inglés añadiendo otros detalles sobre la precursora del pop art. Señala un cartel colorido, con letras mayúsculas: HOPE aunque está escrito al revés. «Entre todos los artistas en exposición esta es la única que ha desaparecido desde hace tiempo». Giulia, largos cabellos negros, piercing en la nariz, ojos intensísimos subraya: «su mensaje emana color también a nosotras, en un lugar donde el color no existe». Probablemente serán precisamente Antonella, Fanta y Giulia quienes hagan de cicerones a Papa Francisco, en el descubrimiento del significado de los trabajos firmados por Claire Taburet, Simone Fattal, Claire Fontaine, Maurizio Cattelan, Marco Perego y Zoe Saldana, Sonia Gomes, Bintou Deambula. También estarán los creadores del Pabellón, Chiara Parisi y Bruno Racine, verdaderos motores de la idea junto al cardenal José Tolentino de Mendonca. ANIMA ARTÍSTICA Giulia es tímida pero quizás, a juzgar por las poesías que ha compuesto y han servido a Simone Fattal para realizar placas de lava esmaltada a lo largo del perímetro del muro de cierre, es el alma artística del grupo. Signos superpuestos y caligrafías mezcladas que hablan de rabia, sumadas a alegría, lágrimas, libertad. Al final de ese muro de cierre hay el ojo desorbitado del colectivo Claire Fontaine. De noche, cuando todo está envuelto en la oscuridad, se ilumina de azul. «Indica una ceguera que va más allá de la capacidad visual» subraya Alessandra. La obra está inspirada en el título del Pabellón, "Con mis ojos", un enfrentamiento entre quien es libre como el aire y quien de aire solo tiene por un par de horas al día en el patio interno coronado por otra instalación que en la oscuridad se ilumina y anuncia: «Estamos con ustedes en la noche». Prácticamente dos mundos que la Santa Sede ha querido acercar no para absolver, sino para comprender, cada uno con su propia mirada. «Si nos asomamos desde esas ventanas por la noche lo vemos». Aunque el Pabellón vaticano que ha abierto sus puertas hace algunos días - de hecho inaugurará simbólicamente un camino que acaricia la idea de transformar el corazón de los visitantes. «Es la esperanza que nos ha movido» susurra Chiara Parisi. LA JORNADA Francisco esta mañana encontrará a las detenidas en la capilla desconsagrada de la cárcel donde en el techo, como en un juego de espejos, están colgados filamentos coloridos de telas. «A mí me gusta imaginar que son capullos que se están transformando y luego volarán lejos como las mariposas» sonríe Giulia. A los artistas Francisco dirigirá palabras importantes, al fin y al cabo el arte tiene el poder imaginativo de reflexionar sobre el futuro y traspasar toda barrera. El programa de su jornada veneciana en total seis horas bastante intensas - prevé un encuentro con los jóvenes, seguido de la misa en la plaza de San Marcos. Está claro que será una especie de prueba sobre su salud después de los problemas que lo han atormentado en los últimos meses. La visita papal sin embargo esconde también secuelas polémicas, como por ejemplo el hecho de hacer pagar a los peregrinos la famosa contribución de acceso para los turistas, 5 euros por cabeza por un total de nueve mil pagantes sobre 10 mil fieles, lo que ha hecho torcer el gesto a muchos católicos.
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