La huida de un joven hacia la libertad y los derechos familiares

La huida de un joven hacia la libertad y los derechos familiares
by Franca Giansoldati
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martes 19 marzo 2024, 12:14 - Última actualización: 4 abril, 17:18
Escapa de la casa familiar del Reatino y solo se hace cien kilómetros para ir a ver a su abuela, luego llama a la policía a la que expone su caso y el motivo por el cual ha sido forzado a dejar la estructura, haciendo valer sus derechos. Aún no ha cumplido 17 años y Cesare, el nombre es ficticio, ha logrado una empresa casi imposible, similar a la de David contra Goliat, porque solo, confiando en las redes sociales y en la firme decisión de regresar con su abuela materna, ha prevalecido contra todo un sistema. Gracias a un mensaje en una botella confiado a Facebook ha contado detalladamente su historia, activando en su perfil la transmisión en vivo de la llegada de los policías para hacer entender al mundo que es su derecho decidir dónde vivir, en este caso en la casa de su abuela materna, escapando así al destino (a menudo letal) de los automatismos que prevalecen en el Tribunal de Menores. Hace tres años, los asistentes sociales destinaron a Cesare a una casa familiar del Reatino donde el chico, ha relatado a los policías, vivía muy mal, con la calefacción casi inexistente, sufriendo incluso de sarna varias veces y cayendo en un estado depresivo que lo llevó a rechazar progresivamente la comida. Mechón de cabellos oscuros, ojos muy inteligentes, modales educados Cesare tiene detrás una historia dolorosa y compleja: cuando tenía ocho años él y sus tres hermanitos, fueron dados en adopción. Cada uno a una familia diferente. Al padre toxicómano y a la madre muy frágil se les quitó la patria potestad y en tiempo récord, un mes después, sus hijos fueron adoptados. Desde hace ocho años continúa la odisea de Cesare que nunca ha querido perder el contacto con sus hermanos aunque los servicios sociales nunca le permitieron frecuentar y ver. Para complicar las cosas también estuvo la familia adoptiva que entretanto se reveló no adecuada (la patria potestad de los padres adoptivos entretanto ha decaído): "me golpeaban y estaba mal" dijo Cesare. "También mis hermanos que están todos adoptados en Roma quieren verme, pero los servicios sociales nunca hacen nada. He escrito también una carta al Tribunal con efectos iguales a cero, nunca me han tomado en consideración". En la transmisión en vivo en Facebook Cesare en cierto punto muestra la carta que ha enviado al Tribunal de Menores. "Yo he escapado a casa de mi abuela, dejando la casa familiar porque no podía más. Desde hace tres años estaba allí dentro y ha sido una experiencia terrible. Yo quiero volver con mi familia, quiero volver a ver a mi mamá de la cual me arrancaron. Ella tiene la prohibición de acercamiento. Quiero ver a mis hermanitos. No puedo más". A los policías, en la transmisión seguida en toda Italia por decenas de miles de personas, Cesare con un lenguaje apropiado y muy educado, ilustra en líneas generales la terrible situación que le concierne y el vía crucis al que ha sido sometido desde hace años. A las preguntas, también técnicas, responde puntual, proporcionando fechas, circunstancias y otros elementos procesales. La abuela materna asiste al lado, aunque no se ve, y de vez en cuando interviene, como evidencia el audio, confirmando la versión del nieto. Los policías se entiende que frente a ese chico están desconcertados, repiten que la decisión depende solo del magistrado. "Queremos ayudarte". Por ahora Cesare permanecerá con su abuela pero la batalla no ha terminado. "Quiero volver a ver a mis hermanitos".
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