La Fortaleza y el Llamado a la Acción Según el Papa Francisco

La Fortaleza y el Llamado a la Acción Según el Papa Francisco
by Franca Giansoldati
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miércoles 10 abril 2024, 10:07
«Un cristiano sin valentía, que no inclina su fuerza hacia el bien, que no molesta a nadie, es un cristiano inútil». Papa Francisco se dirige a los fieles alentándolos a ejercitar más en la virtud de la fortaleza, abandonando las zonas de confort. Cultivar la fortaleza, explica en la audiencia del miércoles, significa «superar los obstáculos de la vida moral», cultivar pasiones según el espíritu del Evangelio. El mismo Jesús ciertamente no era «diáfano y aséptico, sino que tenía un alma apasionada». Tanto es así que dijo: «he venido a traer fuego a la tierra». Una intervención, la del Papa que parece seguir el espíritu de la encíclica de Pablo VI, Ecclesiam Suam y, en particular, de un pasaje contenido en ella: «no es blando y vil el cristiano, sino fuerte y fiel». La fortaleza, insiste con los fieles, se considera una virtud fundamental «porque toma en serio el desafío del mal en el mundo. Algunos pretenden que este no existe, que todo está bien, que la voluntad humana no es a veces ciega, que en la historia no se luchan fuerzas oscuras portadoras de muerte. Pero basta con hojear un libro de historia, o desafortunadamente también los periódicos, para descubrir las atrocidades de las que somos un poco víctimas y un poco protagonistas: guerras, violencias, esclavitud, opresión de los pobres, heridas nunca sanadas que aún sangran. La virtud de la fortaleza nos hace reaccionar y gritar un «no» rotundo a todo esto». Mientras una ráfaga de viento se llevaba el zucchetto del Papa, la multitud ondeaba banderas y gritaba consignas de apoyo a Bergoglio. Francisco luego se lamentó de cómo en Occidente se ha «diluido todo», dada la apatía general, como si no hubiera «necesidad de luchas porque todo parece igual, y así a veces sentimos una sana nostalgia de los profetas. Pero son muy raras las personas incómodas y visionarias. Se necesita a alguien que nos sacuda del cómodo lugar en el que nos hemos acomodado». Finalmente, al término de la audiencia, no faltó un pensamiento para Ucrania, Myanmar, Palestina e Israel. «Que Dios nos dé la paz». La cita del miércoles por la mañana en la plaza de San Pedro comenzó con un recorrido en jeep junto a cuatro niños, y terminó con saludos a dos cardenales y una docena de obispos. A cada uno les dispensó saludos y frases de circunstancia, con algunos se detuvo a ver material fotográfico, a otros les firmó recuerdos.
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