La estafa 4.0 y el uso de la Inteligencia Artificial en la Iglesia española

La estafa 4.0 se ha evolucionado gracias a la Inteligencia Artificial que permite reproducir perfectamente las voces e incluso los vídeos. La Iglesia española ha tenido que correr a cubrirse emitiendo una advertencia a monjas, sacerdotes y prelados de prestar absoluta atención a las comunicaciones de obispos (inexistentes) que dejan mensajes solicitando dinero. “Hola, soy el obispo y la diócesis necesita ayuda”. Naturalmente es todo falso, pero hay quienes, aun siendo cautelosos, han caído en esta estafa. Por ahora el fenómeno parece estar circunscrito al mundo hispanohablante, como han reportado varios periódicos (El Diario, El País) pero no se descarta que este ingenioso método pueda expandirse a otros lugares. Usando una versión similar al truco telefónico del falso nieto que pide ayuda, en España los estafadores no pretenden ser parientes cercanos de la madre abadesa o del párroco, sino obispos conocidos, vicarios generales, personalidades eclesiásticas conocidas. Ante las solicitudes hechas con la voz reproducida por la IA, han hecho caer en la trampa a varios monasterios al punto de haber afectado ya a una decena de diócesis. Por esto, la Conferencia Episcopal ha emitido una advertencia explicando las dinámicas de la nueva estafa y pidiendo a todos la máxima precaución. “Las diócesis no piden dinero - o al menos no lo están haciendo de esta manera”. Hace algunas semanas, el uso de la inteligencia artificial clonó la voz y la imagen del cardenal mexicano Carlos Aguiar Retes para publicitar un medicamento para la diabetes que el purpurado definía como milagroso. Un video perfecto. Obviamente era una estafa que obligó a Retes a aclarar que no era él en el vídeo y sobre todo que nunca había estado enfermo de diabetes. Es el llamado video deep-fake en el que el protagonista hacía de testimonial a una cura maravillosa capaz de curar definitivamente a los diabéticos. La voz generada por computadora explicaba que la enfermedad gracias al medicamento había desaparecido. El anuncio engañoso era tan real que había conmocionado al mismo cardenal. También en este caso, la arquidiócesis mexicana denunció en X escribiendo: ¡Atención! No caigan en la trampa.