Sergio Tulliani, de 81 años, padre de Elisabetta Tulliani, habla después de las solicitudes de condena para sus hijos y el ex líder de An Gianfranco Fini en el proceso que tiene en el centro la venta de la casa de Montecarlo, heredada de la condesa Annamaria Colleoni a Alleanza Nazionale. Y asegura: «Todo es falso, son todas cosas inventadas». Sergio, contactado telefónicamente por el Corriere della Sera, no ha escatimado en consideraciones personales que de hecho descargan a la hija Elisabetta Tulliani que recientemente - sintiendo el deber de confesar sus responsabilidades - ha revelado: «Oculté a Gianfranco Fini la voluntad de mi hermano de comprar la casa de Montecarlo. Nunca le dije a Fini el origen del dinero que estaba convencida era de mi hermano; el comportamiento sin escrúpulos de mi hermano representa una de las mayores decepciones de mi vida».
El ataque a la hija
«Elisabetta está agotada, habla mal y exagera. Por suerte, a pesar de todo, ella y Fini han permanecido unidos». Sergio ha negado haber entrado en la casa de boulevard Princesse Charlotte 14 y ha rechazado la etiqueta de fugitivo hacia su hijo Giancarlo Tulliani, defendiéndolo y precisando que ha trabajado en Dubái y ha regresado allí después de haberse trasladado a Montecarlo. «Giancarlo estudió con los sacerdotes, es simple y honesto», es la tesis del padre.
La réplica de Fini
En el día lunes desde la Fiscalía de Roma llegó la solicitud de condena de 8 años para Gianfranco Fini, 9 años para Elisabetta Tulliani, 10 años para el hermano Giancarlo y 5 años para el padre Sergio. Por su parte, la Abogacía del Estado ha solicitado la absolución para el ex presidente de la Cámara en el proceso por lavado de dinero. Fini, según quien era previsible la solicitud de condena por parte de la fiscalía, ha afirmado seguir "teniendo confianza en la justicia" en razón de su "completa ajenidad" respecto a lo que se le ha imputado.
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