Isabella Ferrari: Entre Confidencias y Remordimientos

Isabella Ferrari: Entre Confidencias y Remordimientos
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jueves 18 abril 2024, 10:33 - Última actualización: 20 abril, 10:41

Isabella Ferrari regresa al cine, vuelve a ser una vez más la protagonista femenina, esta vez junto a Vittoria Puccini, en Confidenza de Daniele Luchetti. Ella es Tilde, «una mujer resuelta - cuenta al Corriere della Sera - pero también ella esconde algo, tiene su propia soledad». Después de algunas horas de pasión Tilde es rechazada por Elio Germano. Y a Isabella Ferrari le ha sucedido también en la realidad. «Sí, nunca lo he dicho. Estaba enamorada de un chico que no era para mí. Era muy joven, hermosa, llena de granitos». Y también le ha ocurrido que fue golpeada por un hombre. Al Cosera no le avergüenza decirlo: «Ha pasado. Si te sucede una vez no vuelves a caer. El análisis me ha ayudado a reconocer el mal».

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Los arrepentimientos

Entre los arrepentimientos de Isabella Ferrari está el de haber dejado la escuela temprano. «Me cuesta tanto ocultar mi ignorancia que nunca he ocultado mi edad. Pero los arrepentimientos son nuestra historia, es como las puertas correderas: algunas cosas sucedieron porque abriste algunas puertas, y otras puertas se cerraron. No terminé el bachillerato, fui a la escuela de Intérpretes de Milán porque parecía que lo más importante era aprender inglés. No guardo las cartas de amor, pero sí guardo cartas cariñosas de mi maestra de primaria». 

Por un periodo Isabella se alejó del cine. No quería saber nada de roles de seductora, «había poca imaginación hacia mí. Hago muchas cosas y la seducción realmente no me interesa. Por suerte me llegan roles más sustanciales, una madre ex alcohólica en una historia de crimen, en el teatro soy una madre abandonada, Sorrentino… Pero se puede amar y seducir toda la vida. Como dice Battiato, el deseo no tiene edad».

Y hablando de películas, a menudo todavía la llaman Selvaggia, la protagonista de Sapore di mare. «Es parte de las cosas bellas de la vida - cuenta siempre al Corriere della Sera - me da ternura, es como ver un cuadro hermoso, me mantiene joven. Pero tengo un presente vibrante y fuerte, no volvería atrás ni un día».

Porque si miras hacia atrás te das cuenta de que «empecé a trabajar demasiado pronto, he tenido una vida intensa, he sufrido mucho. Hablo del paso de la infancia a la vida adulta sin haber sido adolescente. Ahora tengo menos miedos, pero siempre hay un espejo, es difícil el equilibrio sobre uno mismo».

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