Intrigas y Conspiraciones en el Vaticano: El Desafío del Papado de Francisco

Complots y conspiraciones en la sombra del Cupolone nunca han faltado y ni siquiera el reino de Francisco hace excepción. De hecho, él mismo, desde el inicio de su pontificado - quizás intuyendo que había bolsas de fuerte resistencia a su visión de una Iglesia a reformar - comenzó a hablar de ello públicamente, casi queriendo denunciarlo. Hasta hoy, son decenas los episodios en los que ha hecho entender que los cuervos nunca han dejado de revolotear sobre el Palacio Apostólico y ciertamente para ponerle palos en las ruedas, haciéndole el camino planeado más complejo. Justo después de la operación de colon, por ejemplo, cuando fue sometido a una delicada intervención de cinco horas y le fue extirpado un largo pedazo de intestino, refirió que durante ese delicado momento había quienes lo querían muerto y habían incluso empezado a maniobrar imaginando un cónclave inminente. Afortunadamente, la fibra de Francisco es buena, él se recuperó pronto, pero la idea de tener siempre que lidiar con un ambiente donde las maniobras de corte y las conspiraciones estaban, según él, a la vuelta de la esquina, ha hecho que el clima en el pequeño estado pontificio sea particularmente pesado. Uno de los blogs mejor informados, Messa in Latino, de corte conservador, ha llegado a describir un ambiente general "como de Corea del Norte". Ciertamente excesivo y paradójico el ejemplo aunque la situación, según lo narrado, debe haberse vuelto con los años cada vez más policial. "Con empleados asustados incluso solo de hablar entre ellos". Y aún más: hay cada vez más funcionarios vaticanos que ahora tienen "un doble celular y en los sagrados palacios se está muy atento al uso de los correos electrónicos, de Whatsapp, de Telegram y al contenido de las conversaciones telefónicas privadas". La narración precisa que este tipo de controles se harían también en Santa Marta, el hotel vaticano donde vive Papa Francisco. Puesto que las noticias en el pequeño Estado Pontificio circulan más rápido que en otros lugares, a nadie le ha pasado desapercibido un curioso episodio relacionado con el dimensionamiento de un alto cargo del Vicariato. El prelado fue movido por ciertas confidencias que su camarera habría referido directamente a Bergoglio durante una audiencia. Naturalmente, en estos años en el Vaticano se han llevado a cabo investigaciones y verificaciones también administrativas y se han introducido nuevas normas, justamente para tratar de llegar a un buen grado de transparencia. Los gendarmes luego han secuestrado diverso material también recurriendo a sistemas nunca vistos antes como, por ejemplo, la inspección hecha por los gendarmes en el Palacio Apostólico frente a las Guardias Suizas asombradas, puesto que en ese momento estaba por ser quebrantado para siempre un prohibición secular. La seguridad del palacio, de hecho, no debería corresponder a la gendarmería sino al pequeño ejército suizo al servicio del Papa desde los tiempos de Julio II. Mientras tanto, también se colocaban progresivamente cámaras en diferentes ambientes dentro del Vaticano, incluso en áreas que antes estaban desprovistas, como la Fábrica de San Pedro. La tendencia progresiva al control interno parece ser total y ha sido llevada adelante bajo el placet papal ya en tiempos del ex comandante de la Gendarmería, removido luego por Papa Francisco sin demasiados cumplidos en circunstancias aún poco claras en 2019.