Paolo Pasqualini, el hombre desgarrado por tres rottweilers en el bosque de Manziana, a las afueras de Roma, gritó tratando de llamar la atención de quienes estaban cerca. Entre ellos estaba Filippo Vecchiarelli, un granjero que usualmente lleva su ganado al bosque Macchia Grande. También estaba allí el domingo por la mañana, cuando de repente fue alcanzado por una chica que le dijo que había oído a alguien pidiendo ayuda.
'No había oído nada, cuando llegué al punto indicado, sin embargo, ya no gritaba nadie', contó en una entrevista con Fanpage. 'Instintivamente saqué la horca que uso para el heno de la camioneta, al doblar la esquina vi la terrible escena. Me siento muy mal tanto por el chico como por su familia. Cuando llegué, estaba inmóvil, así que supongo que ya estaba muerto. Los perros estaban sobre él. Morir así es terrible'.
Así intentó salvar a Paolo Pasqualini
A pesar del peligro, el granjero todavía trató de hacer lo posible: 'Cuando vi esa terrible escena frente a mis ojos, lo primero que sentí que tenía que hacer era gritar, porque quería llamar la atención de los perros, pensando en distraerlos. Se centraron en mí, corrieron hacia mí pero logré defenderme. Afortunadamente tenía el coche cerca, me encerré dentro. Hice lo que pude, pero desafortunadamente no sirvió para evitar que el chico muriera'.
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