Giovanni Allevi: Entre el dolor y la música

Giovanni Allevi: Entre el dolor y la música
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jueves 7 marzo 2024, 10:12 - Última actualización: 10:14

Giovanni Allevi invitado por Vespa: «Mi futuro es un presente ampliado, no quiero adelantarme demasiado», dice el artista invitado por Bruno Vespa en Cinco Minutos. Regresando a actuar en vivo al piano en Sanremo 2024 después de dos años de tratamientos para el mieloma, Allevi está inmerso en una gira que lo llevará a los escenarios de toda Europa. Hace algunos días, durante el concierto en el Auditorio Parco della Musica de Roma, confesó tener un fuerte dolor de espalda, listo sin embargo para ahogarlo en la música: «El dolor de espalda empezó justo a mitad del concierto, entonces dije esa frase que es fuerte, es dura», relata.

Giovanni Allevi, retorno y dolores

 

«La idea de que el dolor físico pueda transformarse en música no es solo un hecho espiritual, también es físico, porque cuando está el piano de cola de concierto mi energía es absorbida, como si el piano fuera un colchón muy suave y entonces los músculos paravertebrales se relajan». La enfermedad ha multiplicado su alegría de vivir, subraya: «Ahora trato de aprovechar de la vida todos los regalos que ella me ofrece, mucho más que antes».

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En cuanto al grado en filosofía, «en Sanremo cité a Kant y estuve contento, porque cuando enfrenté la experiencia de la posibilidad concreta de mi fin y del dolor físico la inmortalidad del alma volvió a ser un nudo central en mis pensamientos: la inmortalidad del alma, ¿la gran esperanza o la gran ilusión de la humanidad? Y entonces me dejé envolver por las palabras de Kant, en esa espléndida página final de la Crítica de la razón práctica, donde dice que cada uno de nosotros siente inmediatamente que en la profundidad de nuestro ser hay algo más grande, bello, bueno, anterior a nuestra agresividad, que trasciende nuestra vicisitud individual y mi dolor físico». Allevi también habla de su relación con el padre: «Por muchos años fue mi mayor detractor. Es un defensor de la gran tradición clásica, del sinfonismo, de Wagner, veía en mi intento de escribir música nueva un sacrilegio». Por último, un agradecimiento a los «pacientes del Instituto de tumores de Milán y a todas las personas que están viviendo este camino muy difícil: me dan una gran fuerza».

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