No será fácil para el rey Carlos III desalojar amigablemente a su hermano, el príncipe Andrés del Royal Lodge después de la última revelación en el caso de Jeffrey Epstein, el empresario estadounidense ya condenado por abusos sexuales y tráfico internacional de menores que se quitó la vida en prisión en 2019 mientras esperaba otro juicio.
El duque de York ha prometido oponerse a cualquier solicitud de abandonar su mansión en Windsor con diez habitaciones y tantos baños. El rey quisiera que Andrés se mudara a la menos expuesta Frogmore Cottage, ya una residencia fuera del foco de Harry y Meghan antes de su "huida" a los Estados Unidos.
Andrew, según el Daily Mail, ha dicho que "no irá a ninguna parte. El rey no puede obligarlo a irse. Tiene un contrato de alquiler de hierro que tiene toda la intención de honrar". Y luego está la negación total de cualquier posible acusación relacionada con la última difusión de noticias sobre los casos de pedofilia vinculados a Epstein.
Los documentos han devuelto a la crónica la amistad del duque de York con el pedófilo Jeffrey Epstein, informando, sin embargo, sin agregar pruebas, de "actos de abuso sexual" y de "una orgía con menores".
Y es cierto que el contrato de alquiler de la residencia real es a prueba de bombas, pero también es cierto que Carlos III tiene la posibilidad de cerrar los grifos de los fondos destinados a su hermano, quien además debería renunciar definitivamente a los cargos de representación de la familia real.
Los cargos ya se han reducido considerablemente: a Andrew se le permite participar en eventos privados y familiares, pero no en eventos públicos u oficiales.
Sin el apoyo de las casas reales, no será fácil para el príncipe Andrew mantener los gastos de la villa de 30 habitaciones en Windsor Great Park. Mientras tanto, tendrá que comenzar a pagar los no insignificantes gastos de seguridad de la mansión.
Andrew, octavo en la línea de sucesión al trono y descrito como muy probado en estos últimos días, cree que incluso las nuevas revelaciones no lo comprometen y reitera que está listo, como siempre, para colaborar con los investigadores.
Sin embargo, Virginia Roberts Giuffre ha dicho que fue obligada a tener relaciones sexuales con el príncipe en tres ocasiones cuando tenía 17 años, una de estas veces fue, sostiene, en un baño en la residencia de Maxwell en Londres en 2001.
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