El Papa Francisco y su mensaje de esperanza a los migrantes

El Papa Francisco y su mensaje de esperanza a los migrantes
by Franca Giansoldati
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jueves 21 marzo 2024, 10:01
«También yo soy hijo de migrantes que partieron en busca de un futuro mejor». El Papa Francisco ha enviado una carta a un grupo de migrantes que se encuentran en Lajas Blancas, en Panamá, en uno de los puntos de recepción que el gobierno panameño ha habilitado para intentar un mejor control de los extranjeros que continúan el viaje migratorio hacia Costa Rica y luego México hasta llegar a Estados Unidos. La localidad panameña ha sido golpeada en los últimos años por un masivo flujo migratorio que no se detiene. «Ahora me gustaría estar personalmente con ellos». Francisco repasa las adversidades de su familia migrada a principios del siglo XX desde Piamonte. «Hubo momentos en que se quedaron sin nada, incluso hambrientos; con las manos vacías, pero con el corazón lleno de esperanza». Francisco vuelve a menudo sobre la cuestión migratoria. Un fenómeno épico que afecta al planeta entero. Ha abordado en varias ocasiones el drama de quienes huyen de África, a través de las terribles rutas del desierto, con el riesgo de terminar en los campos de concentración libios. Quienes tienen suerte y logran llegar a la costa egipcia, tunecina, libia o marroquí se endeudan y parten por mar hacia Europa, pero el Mediterráneo es constantemente testigo de catastróficos naufragios hasta convertirse en un gran cementerio. Lo que sucede en el Mediterráneo es el mismo fenómeno que afecta a América Latina con millones de personas dirigidas hacia América del Norte, Australia y Nueva Zelanda, Asia con las rutas asiáticas para llegar a los países más desarrollados, sin contar los desplazamientos forzados de millones de familias que huyen de cientos de conflictos, a menudo de carácter regional. El Papa Francisco siempre ha insistido en la necesidad de trabajar en la raíz del fenómeno migratorio para contenerlo. «Agradezco a mis hermanos obispos y a los operadores pastorales que me representan ante ustedes. Son el rostro de una Iglesia madre que camina con sus hijos e hijas, en quienes descubre el rostro de Cristo y, como Verónica, con afecto, lleva alivio y esperanza en el vía crucis de la migración. Gracias por comprometerse con nuestros hermanos y hermanas migrantes que representan la carne sufriente de Cristo, cuando se ven obligados a dejar su tierra, a enfrentar los riesgos y tribulaciones de un camino difícil, sin encontrar otra salida». En la carta, Francisco pide a los hermanos y hermanas migrantes que nunca olviden «su dignidad humana. No tengan miedo de mirar a otros a los ojos porque no son descartados, sino que también son parte de la familia humana y de la familia de los hijos de Dios. Y gracias por estar ahí».
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