A pesar de los productores italianos, para el Papa Francisco el mejor jamón es el español. Es aficionado de uno en una charcutería de Prati, en Roma, donde están colgados decenas de jamones en la entrada, ha sido colgada bien a la vista una hermosa carta de Papa Francisco. «Vaticano, Santa Sede, 7 julio 2023. Querido hermano, muchas gracias por el regalo del jamón, muy bueno. Y gracias por el pergamino. Rezo por usted y su familia y pido que no se olviden de hacerlo por mí. Que el Señor lo bendiga, la Virgen lo guarde. Fuertemente, Francisco».
Stefano Paciotti, propietario de esta charcutería familiar que existe desde 1970, no oculta su satisfacción y emoción por la llamada recibida el verano pasado. No lo podía creer. Al otro lado del teléfono estaba el Santo Padre: que acababa de probar el jamón cocido, ibérico al 100%. Paciotti, en calidad de Embajador de Marca del Mundo de la empresa Rosa, hace algunos años inventó y recetó a nivel industrial, junto con la empresa turinesa, este producto: una asociación al 50% entre Italia y España. «Hicimos importar la materia prima, muslos de cerdo ibérico de raza pura y en Turín, con la artesanía y el conocimiento italiano, fue transformado en jamón cocido», cuenta. «Lo presenté al ministerio de Exteriores y en el público estaba el asistente personal del Papa, que me propuso hacerlo probar al Santo Padre. El 7 de julio lo probó en el almuerzo y después de media hora sonó el teléfono en la charcutería. Era él».
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