Se llama Luca Campana el hombre alcanzado por la bala disparada por la pistola de Emanuele Pozzolo durante una fiesta de Año Nuevo en Rosazza (Biella), un pintoresco pueblo en el Alto Valle Cervo. Treinta y un años, electricista, vive con la hija del jefe de seguridad de Andrea Delmastro, Valentina, con quien tiene dos hijos. La primera en darse cuenta de que la situación era más grave de lo que parecía en un principio fue su suegra, enfermera, quien le prestó los primeros auxilios después del disparo.
Quién es Luca Campana
«¿Por qué no denuncié antes? Porque él es un político y yo soy un simple obrero», declaró Campana. A los investigadores, donde se presentó junto a su abogado, Marco Romanello, entregó una denuncia contra el parlamentario y contó lo que le sucedió durante lo que debía ser una noche normal de celebraciones en Rosazza.
El disparo y los auxilios
«Ni siquiera me di cuenta - dice apoyándose en la muleta - si era una pistola real o falsa. Cuando sentí el golpe en la pierna pensé que era una bala de paintball. Era doloroso, pero soportable. Me moví a otra habitación para comprobarlo mejor, vi el agujero y me sentí mal».
Después del primer auxilio de su suegra, Campana fue llevado al hospital, a Ponderano. La bala se le había incrustado en el cuádriceps después de seguir una trayectoria paralela al suelo (esto excluye que haya recogido el arma del suelo). Los médicos, con una delicada intervención de microcirugía, la extrajeron de la parte opuesta del muslo, la posterior, debajo del glúteo. «Ahora siento un calambre constante en el músculo y cada movimiento aumenta el dolor». Campana se define «enojado» más que nada por las historias que han circulado en estos días. «Comprendo - dice - que fue un hecho accidental pero quiero que asuman sus responsabilidades».
Las investigaciones
Se esperan los resultados del Stub, el examen especializado para detectar rastros de pólvora, realizado en las manos y la ropa de Pozzolo. Hoy la lista de testigos se ha alargado con la audición del comisario de policía penitenciaria, jefe de seguridad del subsecretario Andrea Delmastro. El agente - el yerno de Campana - estaba en la fiesta junto al miembro del gobierno. Él también habría confirmado sustancialmente la historia del electricista. En la fiesta, además, había niños. Y es precisamente pensando en los niños que Luca Campana observa que «podría haber sido mucho peor».
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