Hasta febrero de hace dos años, el general Salvatore Farina era Jefe del Estado Mayor del ejército italiano y antes de eso, comandante de la OTAN en Holanda y en Kosovo. Ahora que está jubilado y enseña mantenimiento de la paz y transformación de conflictos en la universidad del Laterano, el Papa Francisco lo ha llamado al Vaticano y lo ha nombrado Director de la Dirección de Infraestructuras y Servicios del Gobernatorato, prácticamente todas las decisiones organizativas de los servicios técnicos - que incluyen la construcción, los talleres de las instalaciones, la floristería, el parque de vehículos, y el cuidado de los jardines del Vaticano - incluyendo por supuesto, los contratos, tendrán que pasar por su mesa. Naturalmente, Farina también tendrá que trabajar en la preparación del Jubileo y será, por lo tanto, un valioso interlocutor para el Estado italiano.
Farina, originario de Gallipoli, donde nació en 1957, es un experto militar a menudo entrevistado sobre escenarios de guerra. Su currículum refleja una brillante carrera militar. Tiene tres grados de maestría - en Ingeniería Eléctrica, Ciencias Estratégicas, Ciencias Internacionales y Diplomáticas - y una maestría de segundo nivel en 'gestión de recursos de defensa' en el Instituto de Defensa de EE.UU. en Monterey, California.
Esta mañana en el Vaticano, su nombramiento ha despertado mucha curiosidad, también porque el general no ha sido formalmente encargado de supervisar nada relacionado con la seguridad o las telecomunicaciones. Reemplaza al sacerdote Rafael García de la Serrana Villalobos, de la Prelatura del Opus Dei que recientemente dejó el cargo.
La nueva ley de contratos, actualizada en enero por el Pontífice, establece que es el Director de la Dirección de Infraestructuras y Servicios quien designa los nombres de los empleados pertenecientes a la Oficina de Proyectos para inscribir en la lista específica de diseñadores. Además, debería permitir una mayor simplificación de los procedimientos de adquisición. El texto, compuesto por 86 artículos, asegura, según el Vaticano, 'una optimización de las compras funcionales para que las personas y las administraciones interesadas estén en condiciones de operar fácilmente'. En este contexto, también se han actualizado los controles para la inscripción de los operadores económicos en el Registro, simplificando los procedimientos de verificación.
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