El fin de una era: ciudades italianas sin cardenales

El fin de una era: ciudades italianas sin cardenales
by Franca Giansoldati
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jueves 18 abril 2024, 13:20 - Última actualización: 19 abril, 16:24

La ciudad de Florencia, al igual que ha sucedido con Génova, Turín, Palermo, Nápoles, Milán y Venecia, no tendrá más un cardenal a cargo de la diócesis en el futuro. También para la capital toscana, la orientación del Papa Francisco es proceder con los cambios pero sin nombrar nuevos cardenales. Y así debería ser también para lo que siempre ha sido, desde hace siglos, una importante sede cardenalicia. Con la jubilación del cardenal Giuseppe Betori esta mañana se ha oficializado el nombramiento de un párroco florentino con un largo pasado como misionero en África, don Gherardo Gambelli, hasta ahora sacerdote de la Madonna della Tosse en Florencia. Nacido en 1969 en Viareggio, fue consagrado en 1996. Desde 2011 hasta 2022 fue a Chad, regresando a Italia el año pasado para trabajar en la parroquia.

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Hasta ahora, la única capital italiana de tradición cardenalicia que el Papa Francisco ha mantenido es Bolonia con el cardenal Matteo Zuppi. Los criterios de elección de los nuevos arzobispos parecen ser más o menos los mismos: hombres de Iglesia con perfiles bastante discretos pero con experiencias importantes en lo social, en las misiones, en la pastoral. Religiosos o incluso párrocos diocesanos. Desde el inicio de su mandato, el Papa Francisco ha dejado claro que es alérgico a los currículums académicos importantes, a las numerosas publicaciones, a los recorridos teológicos considerados ciertamente relevantes, aunque ha elegido privilegiar identidades más anónimas y con una fuerte impronta pastoral. «El pastor debe oler a oveja» ha dicho en más de una ocasión recurriendo a una expresión colorida para explicar el cambio de ritmo necesario para dar a la Iglesia la posibilidad de acercarse más a la gente sencilla, a las periferias, a los destinos de los sin voz de la sociedad.

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El mismo destino de Florencia sin cardenal podría tocar también a Roma, la diócesis del Papa, donde la semana pasada fue depuesto el cardenal Angelo De Donatis – ya párroco en la iglesia de San Marco en plaza Venezia – para ser trasladado a la curia, al frente de la Penitenciaría, una especie de cementerio de elefantes. En su lugar, Francisco habría establecido que de ahora en adelante será el obispo vicegerente quien lleve adelante el trabajo de la diócesis, en lugar de un cardenal vicario, como siempre ha sido en el pasado. En la constitución apostólica Ecclesiarum Communione el Papa ha establecido que la figura del Vicegerente debe considerarse en todos los efectos vicario del Papa. En el artículo dos del reglamento para el personal del Vicariato se lee luego que el «Cardenal vicario y el Vicegerente son vicarios del Santo Padre», especificando posteriormente, siempre en el mismo párrafo, que los obispos auxiliares son Vicarios episcopales. Con estas premisas quizás Roma realmente no tenga más cardenales en el futuro.

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