El encuentro tiene lugar en diciembre, en el Hotel Parco dei Principi en Roma, donde Rocco Siffredi, icono del cine porno, se presenta para una entrevista acordada tras el lanzamiento de la serie Supersex. Dos horas de conversación. La entrevistadora es una periodista, profesional desde 2008, que tras el encuentro recibe una serie de cumplidos que el actor porno ya le había hecho en ocasión de su primer contacto, comentando una foto tomada de sus redes sociales. Mensajes que son definidos como coloquiales y amables a los que la mujer no da mucho peso. Pero es después de la entrevista que las charlas continúan de manera insistente. «Debo decir que eres realmente simpática, demasiado fuerte, demasiado linda y buena», son algunas de las frases pronunciadas por Siffredi en un mensaje de voz justo después de haber conocido a la periodista y que la mujer ahora ha adjuntado a la denuncia por acoso presentada contra el actor.
Las charlas
¿Pero qué ha pasado? El intercambio, que tuvo lugar hace tres días, fue llevado ayer a la atención de la comisaría Prati por la abogada Laura Sgrò, dado «el fuerte estado de agitación» causado en la mujer, que se ha dirigido a su médico de cabecera para obtener medicamentos contra la ansiedad y los calambres abdominales. Las charlas, según la mujer, habían tomado tonos cada vez más pesados: «Cuando te abrazaba no lo podía decir mucho más, pero c... bueno... dejémoslo ahí que me estabas haciendo venir algo bastante particular. Pero te lo he dicho para decirte que eres realmente una mujer top, feminidad top». Y luego, referencias a la amiga que había alcanzado a la víctima del acoso: «Estábamos en dos y no una y me escapé. No por miedo, sino para no hacer daños», se lee en otro mensaje.
La ira de Siffredi
La situación, sin embargo, según lo testimoniado por la periodista, empeora cada vez más. Antes de la publicación, la entrevista es leída por Siffredi, quien expresa su descontento y solicita la eliminación de algunos contenidos. Una vez eliminadas las partes solicitadas, el actor, en un primer momento, agradece a la periodista. Después de la publicación, sin embargo, las cosas se precipitan y llegan una serie de insultos y alusiones a la vida sexual de la mujer. «No eres una periodista, eres una aprovechada, para vender tus artículos inflados pones mucho de lo tuyo». Y luego, de manera mucho más pesada, las alusiones a su vida sexual y los «consejos» para tener más sexo. La periodista replica sobre el contenido del artículo, dice querer ignorar los insultos pero que está lista para denunciarlo. Luego siguen varios mensajes, escritos y de voz, y intentos de llamadas sin respuesta por parte de Siffredi, hasta el día siguiente y hasta las disculpas. «En lo que respecta a la parte ofensiva te pido disculpas como mujer pero no lo hago para evitar tu denuncia, haz lo que sientas, no hay problema», se lee en un mensaje.
En las horas siguientes siguen otros mensajes del mismo tenor («me he sentido usado») y llamadas a las cuales, sin embargo, la mujer no responde. Finalmente, la decisión de demandarlo por «la voluntad de ofender y degradar mi dignidad de mujer y profesional, sin justificación alguna y por motivos fútiles».La respuesta del actor
«Deberían hacer su nombre público así para decir a todos que se mantengan alejados —dice Siffredi al Corriere della Sera—. Era agresiva y presionante, me equivoqué al aceptar la entrevista. Pero yo también he guardado los mensajes y la desafío a transcribir toda la grabación». El actor sostiene que se trató de una entrevista «irregular»: «Me abrazó, hacía continuas alusiones al sexo, decía ser una «muy buena en la cama», invitó a una amiga a unirse a nosotros. Una provocación continua».
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