Cuando tenía 16 años fue protagonista de una de las páginas de crónica más dramáticas de Italia: el crimen de Novi Ligure. Omar Favaro y Erika De Nardo, la pareja de novios menores de edad que la noche del 21 de febrero de 2001 asesinó con inaudita ferocidad a Susy Cassini y Gianluca De Nardo, respectivamente madre y hermano menor de Erika, con casi 100 puñaladas y un intento de envenenamiento hacia el pequeño.
Las amenazas a la exesposa
Hoy, a 23 años de distancia, sobre Omar pesa una nueva acusación. Una veintena de episodios, todos ocurridos entre 2019 y 2021: golpes, insultos y amenazas, violencia física y psicológica contra su exesposa. Las acusaciones contra Omar van desde reiteradas amenazas de muerte, de desfigurar la cara de la ex con ácido, o de dejarla en una silla de ruedas, a golpizas y violencias físicas y psicológicas. Un control también económico de la mujer que no la dejaba salir de casa. Acusaciones que habían llevado a los investigadores a solicitar para él la medida cautelar de prohibición de acercamiento a las víctimas. Él rechaza las acusaciones y aún no ha sido interrogado.
La custodia de la hija
Omar salió de la cárcel en 2010 y después de trasladarse con sus padres de Asti a Acqui Terme, siempre en Piamonte, se ha rehecho una vida en Toscana. La fiscalía de Ivrea ahora ha cerrado las investigaciones que podrían llevar a la solicitud de remisión a juicio, por lo tanto, al proceso. El pasado verano, el tribunal de revisión de Turín había rechazado la solicitud de medidas restrictivas contra el hombre y Favaro había calificado de "calumniosas" las acusaciones hechas por su exesposa. Su defensor, el abogado Lorenzo Repetti, había subrayado que el caso se inserta en el contexto de un proceso de separación donde, entre otras cosas, está en discusión la custodia de la hija.
La exesposa
Según la exesposa, Omar Favaro la acosaba continuamente con frases como «Te desfiguro con ácido», «Das asco», «Eres anoréxica». Ella había llamado cuatro veces a los carabineros durante la convivencia, minimizando luego lo ocurrido. Después de la separación, lo había denunciado y había solicitado la custodia exclusiva de la hija. Es precisamente para obtener esto, según Favaro, que la mujer habría «inventado todo». Al concluir las investigaciones, Omar Favaro es descrito como violento y posesivo. Habría amenazado a la esposa de «desfigurarla con ácido» y de «dejarla en silla de ruedas». Además, le habría lanzado objetos o agarrado del cabello, incluso delante de la niña.
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