El fuerte oleaje del pasado 23 de febrero golpeó duramente la costa romana, especialmente la costa de Levante en Ostia, arrasando las últimas estructuras que quedaban en pie después del otro evento similar que ocurrió apenas doce días antes. No sólo daños a los establecimientos, ahora los surfistas tienen miedo de entrar en esas aguas llenas de escombros que podrían arrastrarlos. Un problema que también afecta a los barcos de pesca, botes inflables y pequeñas embarcaciones que corren el riesgo de ser perforadas por cientos de vigas dispersas en el mar, muchas de las cuales están llenas de clavos.
Mal tiempo, marejada en Ostia: devastadas las cabinas del Kursaal
Ostia, los daños de la marejada
Las pocas estructuras que quedaban intactas y que habían sobrevivido a la erosión del 10 de febrero fueron duramente golpeadas por el viento y la fuerza del mar de nuevo, hace unos días, con olas que superaron los tres metros de altura. El agua entró en los establecimientos de baño, o al menos en lo que quedaba de ellos. Las cabinas fueron derribadas, las barreras de arena creadas por los concesionarios para tratar de frenar la violencia del mar fueron desmoronadas. Mientras el agua sigue avanzando, la playa se retira. Se han barrido otros metros de playa al sur del Canal de los Pescadores, a lo largo de todo el paseo marítimo Amerigo Vespucci y más allá. Las últimas dos marejadas también han afectado a las playas de Castel Porziano y Capocotta, hasta ahora indemnes a la erosión.
Ostia, el miedo de los surfistas y la eliminación de los escombros
El peor oleaje, sin embargo, lo vivió la costa romana en noviembre, mes en el que está en vigor una ordenanza de la Guardia Costera que prohíbe las actividades de baño y pesca en las áreas más expuestas al fenómeno de la erosión. Una prohibición que se extiende cincuenta metros mar adentro desde la costa, donde por lo tanto están prohibidos la navegación, el anclaje, la estancia de embarcaciones, el buceo y el surf. Una medida que afecta a las zonas de los establecimientos Hibiscus, Kursaal, Shilling, Sporting beach, Venezia, V-Lounge beach y Caletta y que permanecerá en vigor al menos hasta que los escombros que quedan en la orilla sean eliminados. Aquí surge otro problema, sin embargo, porque la eliminación correspondería a los titulares de las concesiones que en su mayoría han expirado.
En cuanto al material disperso en el mar, tan temido por los surfistas, no se prevén actividades de recuperación o limpieza y por lo tanto es necesario esperar a que la corriente devuelva a la costa o aleje los escombros. Mientras tanto, máxima precaución para aquellos que entran al agua con la tabla de surf a poca distancia de los puntos más afectados por las marejadas.
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