Carta de Olindo Romano y Rosa Bazzi desde la cárcel: 'Hemos sido el chivo expiatorio de la masacre de Erba'

Carta de Olindo Romano y Rosa Bazzi desde la cárcel: 'Hemos sido el chivo expiatorio de la masacre de Erba'
3 Minutos de lectura
viernes 12 enero 2024, 06:39
«Hace 17 años que no tenemos derecho a hablar, que nadie escucha lo que decimos en voz alta desde el 10 de octubre de 2007 cuando retractamos nuestras falsas confesiones». Así comienza la carta que Olindo Romano y Rosa Bazzi, en prisión por la masacre de Erba, enviaron ayer al Tg1, dos días después de la decisión de la Corte de Apelaciones de Brescia de aceptar su solicitud de revisión del proceso. Olindo y Rosa, desaparecieron las grabaciones de las interceptaciones en la casa de la masacre. «Hubo una investigación por drogas». LA CARTA La carta está firmada por ambos, pero fue redactada, con algunos errores gramaticales, por Olindo quien ayer en la cárcel de Opera se encontró con su tutor, Diego Soddu. «Para la mayoría de los periodistas somos monstruos y nada más - continúa la pareja en la carta - No importa si para convencer a la opinión pública se han difundido mentiras de todo tipo». «La última noticia falsa - escribe Olindo en mayúsculas - salió hace dos días». El hombre se refiere a sus huellas dactilares que supuestamente se encontraron en el cuadro eléctrico de la casa Castagna, «una circunstancia desmentida por los hechos». Según el ex barrendero, él y su esposa fueron el chivo expiatorio de la masacre: «Se desquitaron con dos personas que no sabían cómo defenderse, que al principio tuvieron un abogado de oficio que durante los interrogatorios estuvo casi siempre callado. ¿Es demasiado feo sacar la verdad de que podría tratarse de criminales que hicieron todo esto por las drogas?». Una pista alternativa, trazada en la solicitud de revisión del proceso por los abogados de los cónyuges condenados a cadena perpetua, que sugiere el motivo de la venganza de un grupo de narcotraficantes en guerra con la familia de Azouz Marzouk, esposo de Raffaella Castagna. La casa en la que ocurrió la masacre, según revela un ex compañero de Azouz, era de hecho la base donde se guardaban las ganancias de las drogas. EL NUDO DE LAS CONFESIONES Olindo luego aborda el punto crucial utilizado por aquellos que siempre los han considerado culpables: las confesiones luego retractadas: «Intenten ponerse en nuestro lugar, dos personas simples que de repente son señaladas como culpables y luego llevadas a la cárcel. Solos y asustados, encerrados en una celda durante dos días, sin entender lo que estaba pasando. Luego de repente, llegan esos dos carabineros que con la excusa de tomar nuevamente las huellas dactilares me hicieron una cabeza así, diciendo que era mejor confesar porque tendríamos un gran descuento de pena, como sucede con los arrepentidos de la mafia». Antes de concluir, el ex barrendero explica que todos los detalles de la masacre anotados en el acta son el resultado de lo que escuchó en la televisión y leyó en la orden de arresto, confirmando que durante el interrogatorio le mostraron las fotos de la escena del crimen. «Somos inocentes, seguimos teniendo confianza en la justicia y no pasa un día en que no pensemos en esas pobres víctimas de una masacre que todavía no tiene culpables».
© TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS
Este artículo se traduce automáticamente