Esa suma (55,8 mil millones, un dólar más, un dólar menos, no es poca cosa) es necesaria para Elon Musk para vivir cómodamente, pero para colonizar Marte, para transformar al hombre no sólo con microchips implantados en el cerebro sino haciéndolo una especie multiplanetaria. No le importa en absoluto, en otras palabras, la clasificación de los más ricos del mundo en la que, sin ese tesoro, caería al tercer puesto detrás de Bernard Arnault, patrón de LVMH, y de su feroz rival Jeff Besoz (Amazon y Blue Origin), otro Tío Gilito que envía cohetes al espacio aunque hasta ahora ha mordido el polvo en comparación con la estelar SpaceX de Musk.
El hecho es que la compensación máxima de 55,8 mil millones de dólares concedida por Tesla a Elon Musk en 2018 ha sido anulada "por ser excesiva y aprobada de manera inapropiada por el consejo de administración de Tesla", en el que el multimillonario tiene mucha influencia. Que Musk tenga influencia en ese consejo es más que obvio.
La decisión de la jueza de Delaware, Kathaleen McCormick, pone en riesgo el título de la persona más rica del mundo, que se basa en la cifra de 200 mil millones de dólares.
Para el patrón de Tesla, la decisión de Delaware es un golpe durísimo que amenaza con ensombrecer el éxito de Neuralink en la implantación de su primer chip en un ser humano y que pesa sobre las acciones de Tesla que en Wall Street pierden más del 1,5%.
Al justificar su decisión, la jueza describió la compensación de Musk como una "cifra incomprensible", "sin precedentes" e "increíble". Y definió como "profundamente viciado" el proceso que llevó al consejo de administración a aprobarlo: "Es sorprendente que no hubiera negociaciones significativas sobre los términos del plan" y sobre su estructura, dijo McCormick, describiendo a Musk como un "CEO Superstar" con "estrechos vínculos con las personas que deberían negociar en interés de Tesla".
Los miembros del consejo de administración -añadió- "cooperaron con Musk, no negociaron contra él". Durante el proceso sobre su compensación -la más alta de la historia- Musk había asegurado que utilizaría los recursos para financiar la colonización de Marte, uno de sus sueños.
"Colonizar Marte es caro. Musk cree que tiene la obligación moral de dirigir su riqueza hacia este objetivo, incluyendo su compensación en Tesla", observó aún la jueza en su sentencia, explicando cómo para el multimillonario su trabajo en el gigante de los coches eléctricos sólo tiene valor si los recursos que genera pueden crear una "vida multiplanetaria".
Dando la razón a los accionistas de Tesla que habían presentado una demanda y remitiendo a las partes implicadas la definición de cómo Musk deberá devolver la cifra, McCormick con su decisión alimenta el debate sobre la composición del consejo de Tesla y su adecuación para controlar al multimillonario. Pero también sobre cómo el consejo responderá a la petición de Musk de tener una participación mayor en la empresa, al menos el 25%, para evitar que sea adquirida y que pueda desarrollar robots y otra tecnología de inteligencia artificial. No es la primera vez que las relaciones entre Musk y el consejo de administración de Tesla están bajo el microscopio.
Ya en 2021, de hecho, fueron examinados en un tribunal de Delaware por la compra de SolarCity, otra compañía de Musk. En ese caso, el juez se puso del lado del multimillonario, estableciendo que el consejo había examinado el acuerdo de manera precisa y apropiada y no lo había aprobado bajo la influencia de Musk.
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