La historia de Massimo Bochicchio es también la historia de muchos vip y empresarios que invirtieron con él. La historia de lo que quizás sea el mayor fraude financiero de los últimos años en Italia. Más de 400 millones de euros invertidos y aparentemente desvanecidos en la nada, todos rastreables hasta el corredor de vida dorada que frecuentaba los círculos adecuados, tenía amigos importantes y trabajaba para grandes bancos. Y Salvatore Gulisano, autor de la investigación “Anatomía de un estafador”, en el centro de “100 minutos”, el nuevo programa de La7 escrito y presentado por Corrado Formigli y Alberto Nerazzini, ha escarbado entre las cuentas bancarias ocultas en paraísos fiscales.
Los videos y las interceptaciones
Gulisano encontró videos, audios, interceptaciones, fotos y testimonios inéditos. De hecho, en el documental, por primera vez, será posible también volver a escuchar la voz de Bochicchio, mientras tranquilizaba, convencía, halagaba, seducía. Nadie parece querer hablar de esta historia. Ni siquiera aquellos que habrían sido estafados. Sin embargo, Gulisano logró hablar con casi todos. Desde la esposa Arianna Iacomelli hasta el amigo de toda la vida de Bochicchio, Giovanni Malagò.
La investigación
Una investigación que también llevará al mundo del fútbol con entrevistas y revelaciones inéditas sobre las inversiones millonarias de entrenadores y futbolistas. Pero, sobre todo, una investigación en la que Salvatore Gulisano intenta comprender cómo el misterio del dinero desaparecido se vincula estrechamente con el de la trágica desaparición de Massimo Bochicchio, quien se estrelló contra un muro en moto en junio de 2022. Invitado del episodio, emitido el 15 de abril, fue el contable Gian Gaetano Bellavia, un gran experto en derecho penal económico, con quien se amplió aún más la mirada sobre la investigación.
La esposa
“Me quedé sin nada, pero todavía estoy completamente convencida de que las cosas no tenían que haber ido así. No salgo, no me muevo, no hago nada más. Ser juzgado es la peor condena en todo esto. Ahora trabajo en un bar, probablemente ni siquiera recibiré el dinero del seguro. Massimo nunca se habría 'sacrificado', era un corazón feliz, una persona serena y tranquila. También estaba contento de comenzar el juicio al día siguiente. Esa mañana simplemente me dijo: 'voy a dar una vuelta en moto'”, contó Iacomelli, la esposa de Bochicchio. Todo cambió después del Covid: “Perdió tres meses de trabajo y algo salió mal - agregó. Pero no sé qué, porque él no me contaba estas cosas. Sin embargo, ganaba bien, estaba feliz y todo parecía ir para mejor. De todos modos, siempre lo defenderé, está en mi corazón. Mi esposo se fue así, pero no quería hacerle daño a nadie”.
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