Ambra Angiolini: una mujer fuerte y su lucha contra la bulimia

Ambra Angiolini: una mujer fuerte y su lucha contra la bulimia
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viernes 2 febrero 2024, 09:26 - Última actualización: 09:28

Ambra Angiolini es una mujer completa. Con sus sufrimientos, aún sus puntos débiles. Pero eso no significa que no pueda convivir con los juicios de los demás o dejarse someter. No. «Siempre he convivido con los juicios, pero me niego a convertirme en el basurero de las frustraciones ajenas y pongo límites: no permito que nadie pise mi jardín y deje sus excrementos». Palabras claras las que la actriz pronuncia al Corriere della Sera. Palabras que nacen de un espectáculo fuerte. Un personaje que Ambra encarna a la perfección.

Ambra y la bulimia, la historia

Hablamos de una historia que data de 1965. De Franca Viola, la chica de Alcamo que con mucho coraje rechazó un matrimonio reparador y dijo no no sólo a su ex novio, que la raptó y la violó, sino a todo un sistema de relaciones basado en la supremacía del hombre sobre la mujer.

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A diferencia de Franca, Ambra creció en Palmarola, un barrio en las afueras de Roma, en un ambiente sereno: «Ese barrio me queda en el corazón. En el edificio donde vivía con mi familia, nunca estaba sola. Una comunidad rica en humanidad, donde se sabía todo de todos, pero no eran chismes, sólo el deseo de ser solidarios, una familia extendida».

Un ambiente sereno, una hermosa familia pero a los 15 años Ambra se volvió bulímica. ¿Por qué? Al Corsera dice que «no hay un por qué. Nací bulímica, quizás una predisposición genética. Me llenaba el estómago de comida, hasta que el amor entró en mi estómago, que se llenó de sentido y de él nació mi primera hija Jolanda: yo la di a luz y ella me dio a luz a mí... en teoría tenemos la misma edad».

Todo comenzó con el éxito de "Non è la Rai" con Boncompagni «Gianni me regaló una lente para ver el mundo de una manera diferente. La última vez que lo vi, fue en una cena juntos, poco antes de su muerte: esa noche me declaró todo su respeto, su orgullo por haberme formado. Y luego me dijo: no pierdas tu profesionalidad, por hacer, hacer, hacer... Fue un hermoso adiós».

Ambra Angiolini sigue soñando. Y tiene un gran sueño aún por cumplir: «Hace un año abrí todos los cajones: los sueños que estaban dentro estaban mohosos... Ahora tengo la sensación de estar en el sueño realizado, el teatro, la forma de expresión que más amo: es un contexto que hace poco ruido y sigo eligiéndolo a pesar de ser un esfuerzo hacer las giras. Pero cuando, mientras actúo en el escenario, no veo móviles encendidos en el público, significa que para el público soy más interesante, que he ganado sobre las redes sociales o sobre el chat del momento... y, al final del espectáculo, vuelvo a casa contenta».

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