Adiós a una Musa del Teatro y Cine

Adriana Asti, icono del teatro y cine italiano, falleció a los 94 años dejando un legado artístico inigualable.

Adiós a una Musa del Teatro y Cine
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giovedì 31 luglio 2025, 12:58 - Última actualización: 14:58
Luto en el mundo del espectáculo. Ha muerto a los 94 años Adriana Asti, señora del teatro y musa del cine de autor, entre las presencias más originales y refinadas, protagonista de un arte fundado en la medida, la inteligencia, la inquietud y la libertad. La actriz se apagó en el sueño, serenamente, en la noche entre el 30 y el 31 de julio en la clínica romana Villa Salaria, donde estaba ingresada desde hacía unos veinte días. El funeral se celebrará el sábado 1 de agosto, a las 11 horas, en la Iglesia de los Artistas en la plaza del Popolo en Roma. La noticia del fallecimiento fue confirmada a Adnkronos por el cuñado, el periodista Giuliano Ferrara. En segundas nupcias, Asti estuvo casada desde 1982 con el director Giorgio Ferrara, fallecido hace dos años, hermano de Giuliano. La carrera de Adriana Asti ha atravesado más de setenta años de historia del teatro y del cine italianos, junto a los más grandes directores del siglo XX: desde Visconti a Pasolini, desde Bertolucci a Buñuel, desde De Sica a Ronconi. La biografía - Nacida en Milán el 30 de abril de 1931 con el nombre de Adelaide Aste - aunque ella misma solía decir 1933, por una coquetería nunca renegada - Adriana Asti fue una actriz inquieta y nunca domada, siempre un paso fuera de la corriente, siempre decidida a defender una propia idea de arte, alejada de las modas y del conformismo. El teatro era su refugio, el cine una aventura intensa pero selectiva. «Yo no hice carrera, hice un oficio», solía decir. Su aventura en el mundo del espectáculo comienza casi por casualidad. Una chica milanesa de buena familia, menuda y bellísima, pero incómoda con las obligaciones burguesas, es notada por Romolo Valli y Fantasio Piccoli. Los padres ríen ante la idea de que pueda hacer teatro. Ella en cambio acepta. Es 1951. El debut es con el "Miles Gloriosus" de Plauto en la compañía estable de Bolzano. Sigue la larga experiencia en las compañías del Piccolo Teatro de Strehler, del Teatro Stabile, y luego la consagración: "El crisol" de Arthur Miller, dirección de Luchino Visconti. Es 1955, Adriana Asti explota, Visconti la consagra y le abre las puertas del cine. El debut en el cine - El debut en la gran pantalla llega en 1958 con "Ciudad de noche", una pequeña película dirigida por Leopoldo Trieste. Pero es nuevamente Visconti quien le da la primera verdadera oportunidad cinematográfica, en la obra maestra "Rocco y sus hermanos" (1960), en el papel de la chica de la lavandería. Fue este el inicio de una carrera cinematográfica hecha de roles bien caracterizados, aunque raramente de protagonista, en obras de directores de renombre: en 1961 participó en "Accattone" de Pier Paolo Pasolini, en el papel de la prostituta Amore; al año siguiente en "El desorden" de Franco Brusati; en 1964 fue la fascinante y neurótica tía Gina de la que se enamora el protagonista Fabrizio en "Antes de la revolución" de Bernardo Bertolucci, con quien compartió una larga relación sentimental y se casó en primeras nupcias. Elenco prestigioso también para las películas posteriores en las que Adriana Asti ha ofrecido personajes esculpidos con un temperamento fuerte y móvil, de todos modos moldeados para expresar un seductor candor o una turbia desagradabilidad. Ha trabajado nuevamente con Visconti en "Ludwig" (1972), luego fue la pianista en "El fantasma de la libertad" (1974) de Luis Buñuel, e interpretó roles menores pero todos igualmente complejos en películas de Mauro Bolognini ("Por las antiguas escaleras", 1975; "La herencia Ferramonti", 1976; "Gran hervido", 1977). Como protagonista ha dibujado con delicadeza la afectuosa docilidad de Felicita, la sirvienta flaubertiana en la transposición escrita por Cesare Zavattini para Vittorio De Sica y realizada luego por Giorgio Ferrara ("Un corazón simple", 1977), y ha donado un agresivo y nostálgico erotismo a Florence, la gasolinera de "Action" de Tinto Brass (1980). Brass la había dirigido en 1979 también en el controvertido "Calígula", donde vestía los ropajes de Ennia. Las apariciones cinematográficas se han ido reduciendo progresivamente en los años siguientes: en 1999 interpretó "Una vida no violenta" de David Emmer y en 2001 participó en la película coral "Cómo se hace un Martini" de Kiko Stella. Dobladora, entre otras, de Lea Massari y de Claudia Cardinale, intérprete de seriales y películas para televisión, Asti ha confiado al teatro su primordial pasión artística. La carrera en teatro - Pero es en el escenario donde Adriana Asti ha dejado la huella más profunda. Actriz dúctil, capaz de pasar del drama burgués al teatro del absurdo, del clásico al contemporáneo, ha sido protagonista de "Días felices" de Beckett, "La posadera" de Goldoni, "Santa Juana" de Shaw, "Encontrarse" de Pirandello, "Las criadas" de Jean Genet. Memorable también su "María Brasca" de Giovanni Testori, bajo la dirección de Andrée Ruth Shammah, que en 1992 le valió el Premio Eleonora Duse. Con el tiempo se ha redescubierto también como autora. En 1999 escribe e interpreta "Alcohol", un monólogo personal, entre confesión y teatro civil. Su último espectáculo, "Memorias de Adriana", basado en el libro-entrevista "Recordar y olvidar", es un testamento irónico y conmovedor, puesto en escena una vez más bajo la dirección de Shammah en 2017. En 2015, un documental de Rocco Talucci, "A.A. Profesión actriz", le rindió homenaje, mostrando la vastedad de su recorrido. En 2023 apareció en el programa televisivo "Las chicas", contando con lucidez y humor su infancia milanesa y el debut en el escenario. Su última aparición pública fue discreta, en una muestra de teatro francés en Roma. Sentada en el patio de butacas, aplaudía a los demás, con esa mirada suya un poco socarrona, afectuosa, irónica.
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