¿Rusia de Vladimir Putin quiere recuperar Alaska? El presidente ruso ha firmado un decreto que asigna fondos para la investigación, el registro y la protección de las propiedades de Moscú en el extranjero. La lista incluye también los territorios cedidos por el imperio ruso y la Unión Soviética. Por lo tanto, la lista también incluiría Alaska, vendida a los Estados Unidos en 1867, territorios en Europa Central y Oriental, áreas de Escandinavia, sectores de Asia.

El decreto de Putin

Como señala la revista estadounidense Newsweek, el decreto fue firmado por el presidente el pasado 17 de enero. La medida no tiene contornos bien definidos. El Instituto para el Estudio de la Guerra (Isw) destaca que «los parámetros precisos de lo que constituye propiedad rusa actual o histórica no están claros. El Kremlin podría utilizar la 'protección' de los territorios de sus propiedades reclamadas en países más allá de sus fronteras reconocidas internacionalmente para promover mecanismos de soft power en los estados post-soviéticos y en los países vecinos, para perseguir en última instancia una desestabilización interna».

La amenaza a los Estados Unidos

El decreto, en la Rusia que se dirige a las elecciones presidenciales de marzo, es particularmente popular entre los ultranacionalistas. Los bloggers pro-guerra, una categoría en auge en los últimos 2 años desde el inicio del conflicto con Ucrania, ven en el documento un paso adelante hacia nuevos conflictos con los 'vecinos', incluyendo los Estados Unidos. «Sugerimos comenzar con Alaska», es el mensaje que proviene de un canal de Telegram con más de 530 mil suscriptores. Los territorios de todas las latitudes están en la mira: Ucrania no es una novedad, pero entran en juego Bessarabia, el Gran Ducado de Finlandia, Armenia, Azerbaiyán, gran parte de los países bálticos y una parte significativa de Polonia.

La historia de Alaska

Por supuesto, las referencias a Alaska, que fue cedida a los Estados Unidos en 1867, son impactantes. En el pasado, Putin ha eliminado el tema de la lista de temas dignos de atención, aunque las solicitudes para reabrir la cuestión en términos de una disputa territorial nunca han faltado. Según el Isw, cualquier reclamación carecería de cualquier fundamento. La reacción de los círculos ultranacionalistas a la firma del decreto, sin embargo, es una señal clara de la presencia arraigada de una orientación revanchista que, inevitablemente, debe ser considerada como un factor relevante para un país en guerra. Alimentar el mito de una reconquista, incluso solo con un pedazo de papel, podría facilitar el inicio de una nueva movilización después de las elecciones presidenciales que confirmarán a Putin como líder del país.