La Resilienza di Papa Francesco y el Poder de la Amistad Frente a la Adversidad

Il Papa mentre stringe la mano ai due amici, uno arabo e l'altro israeliano, entrambi hanno perso una figlia
Ingresa caminando solo y sin la ayuda de la silla de ruedas. Mientras entra en el Aula Pablo VI, el asistente papal que usualmente lo sostiene y lo acomoda en la silla de ruedas,...

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Ingresa caminando solo y sin la ayuda de la silla de ruedas. Mientras entra en el Aula Pablo VI, el asistente papal que usualmente lo sostiene y lo acomoda en la silla de ruedas, se mantiene a una distancia prudente, mientras las cámaras captan a Francisco apoyándose con dificultad en su bastón, arrastrando su pierna derecha y acercándose por sí mismo al sillón en el centro del escenario. Los fieles, ante ese esfuerzo titánico, comenzaron a gritar, fuerza Francisco, viva el Papa, adelante. Un signo de afecto pero al mismo tiempo también un sentido de alivio colectivo al ver con sus propios ojos que las condiciones del pontífice no son tan frágiles y graves como parecía durante la misa del Domingo de Ramos, la semana pasada, cuando después de dos horas al aire libre, bajo un viento de marzo realmente frío, Francisco eligió no leer la homilía preparada, quizás para acortar un poco la muy larga ceremonia aunque, al final, no se sustrajo al recorrido previsto entre la multitud en el jeep descubierto para bendecir a los sesenta mil fieles.

En el Aula Pablo VI, en primera fila, se sientan dos invitados especiales: dos padres, uno israelí y el otro árabe, que han perdido a una hija cada uno debido a la guerra. El Papa les agradeció por su testimonio. «Ambos han perdido a sus hijas y ambos son amigos. No miran a las enemistades de la guerra sino a la amistad, son dos hombres que se quieren bien y están pasando por la misma crucifixión. Pensemos en este testimonio de estas dos personas. Que han sufrido en sus hijas durante. Queridos hermanos, gracias por su testimonio» repitió. Los dos hombres perdieron a sus hijas antes del pogromo del 7 de octubre (una en un atentado y la otra asesinada por el ejército israelí). Se llaman Rami Elhanan y Bassam Aramin. Smadar, la hija de 14 años de Rami, fue asesinada por un kamikaze palestino mientras hacía compras con sus amigas, en el centro de Jerusalén. Abir, de 10 años, hija de Bassam, fue asesinada fuera de su escuela por un joven soldado israelí. Su historia está contada en el libro "Apeirogon" (Feltrinelli) del escritor irlandés Colum McCann, ganador del Premio Terzani.

En la audiencia del miércoles, los lectores en varios idiomas interpretaron pasajes bíblicos de una de las cartas de Pablo a los Corintios. Esta mañana, en lugar de 'prestar' su voz al usual funcionario de la Secretaría de Estado a quien desde hace algún tiempo confía las catequesis y homilías debido al cansancio y la tos irritante, leyó él mismo cada pasaje, haciendo también una broma. «Hoy la audiencia estaba prevista en la plaza pero por la lluvia se trasladó aquí dentro. Es verdad que estaréis un poco apretados pero al menos no estaremos mojados. Gracias por vuestra paciencia».

El tema elegido para la meditación fue el de la paciencia. «Es necesario soportar pacientemente a las personas molestas (...) nosotros tenemos la costumbre de catalogar a las personas por los errores que cometen, y no está bien. Busquemos a las personas por su corazón y sus rostros y no por sus errores. Para cultivar la paciencia, una virtud que da aliento a la vida, es necesario ampliar la mirada, no restringiendo el campo del mundo solo a nuestros problemas».

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Il Messaggero